El abuelo Octavio y su
nieto Cesar habían madrugado aquel fin de semana otoñal, pues habían proyectado
un viaje por tierras del Parque Natural del Alto Tajo, en Molina de Aragón,
provincia de Guadalajara, para conocer principalmente un tesoro natural llamado
el Valle de los Milagros: una de las zonas más espectaculares de Castilla La
Mancha, concretamente en el término de Riba de Saelices.
Al poco tiempo de iniciar
la marcha, Octavio como buen aficionado a la música clásica, le dijo a su
nieto, que para amenizar el viaje pusiera un compact disc que había
seleccionado del autor ruso Tchaikouski, concretamente el titulado Capricho
Italiano y un fragmento de la suite Cascanueces. Pues decía, que la música
activa el cerebro, disuelve las malas ideas y estimula a los espíritus
afligidos. Que junto con la práctica de la lectura de buenos libros, y la
costumbre de viajar con frecuencia, ayuda a conseguir la ansiada felicidad de
cualquier humano.
Aquel día el abuelo
Octavio se encontraba pensativo y meditabundo, y al poco rato comentó a su
nieto con cierta pesadumbre:
-Y ahora Cesar, te voy a
contar el sueño que he tenido esta noche, que se parece en cierta forma y
entendimiento a cuanto está viviendo nuestra sociedad en la actualidad.
-Más o menos era, que la Razón
se me aparecía que viajaba a jornadas cortas de norte a sur y de este a oeste,
con sus dos amigas íntimas, la experiencia y la tolerancia, que se presentó en
España y no pudo conseguir otra cosa que despachar algunos asuntos, entre los
muchos pendientes por solucionar. Pues se suscitaban contra ella enemigos
encarnizados, no obstante entender que tenía buenos amigos, pero que la miraban
atónitos con ojos de asombro y cierta
expectación, preguntándose: Señora Razón, aquí nunca se ha oído hablar de usted
y ni sabemos quién es.
-La Razón respondió: Con
el tiempo me conocerán y hasta sabrán amarme, pues en otros lugares del mundo
soy muy bien vista y desde hace años me establecieron, pues yo soy hija del
tiempo y tengo la esperanza de conseguir de este atribulado país, que su pueblo
me conciba sin lisonjas excesivas, pero sí me establezca en sus almas por el
bien de su futuro.
Contestó su nieto Cesar
todo sorprendido: -Abuelo que sueños más raros tienes. No será que los años te
han vuelto algo pesimista.
El abuelo replicó: -Pues
yo creo que lo raro es cómo se comportan
las personas actualmente, que parece les falta tiempo para vivir normalmente,
con esas prisas por conseguir fama, honores y dinero a toda costa sin reparar
en el daño, que para conseguirlo, se haga
a su prójimo.
-Y te aconsejo Cesar, que
la perfección en todo orden de la vida, se alcanza poco a poco, lentamente,
pues requiere de la mano del tiempo. Que cierto es, que la
excelencia implica paciencia, tiempo y esfuerzo. Que realmente se puede llegar
lejos poco a poco.
-Pero también te quiero
comentar, que el ser humano es bueno por naturaleza, pero que es corrompido por
la sociedad. No obstante se tiene que obedecer las leyes establecidas y no caer
en la intolerancia y el fanatismo, la hipocresía, el despotismo y la
arbitrariedad. Siempre abogar por la razón para buscar soluciones, en lugar de
ideas utópicas.
-Por todo ello te aconsejo
Cesar, que no ceses en tu empeño por progresar adecuadamente, trabajando
honradamente sin menoscabo alguno y haciendo todo el bien que puedas por la
sociedad en la que vives.
-Así es abuelo, lo que
entiendo debe de ser, pero que los humanos generalmente lo olvidamos, empezando
por los gobernantes que nos tienen que dar buenos ejemplos, y generalmente se
olvidan de ello, practicando el sectarismo y autoritarismo.
-Nos olvidan a los jóvenes, futuro de la
nación, pues respiro por mi propia experiencia, que no puedo unirme en matrimonio
con mi chica por el pobre sueldo que recibo por mi trabajo, y no poder acceder
a una vivienda por los excesivos precios. Pues no entiendo cuando dicen
personajes políticos que la macroeconomía del País va bien, pero olvidan que la
de los ciudadanos va de mal en peor, pues en una gran mayoría de familias lo
tienen difícil para conseguir una calidad de vida aceptable. Y no sería extraño que, lo mismo que muchos
jóvenes se trasladan a otros países buscando mejores horizontes, yo también lo
haga, sintiéndolo, abuelo, pues entonces dejaríamos de realizar nuestras
aventuras por las tierras de nuestra querida Guadalajara.
Pararon a desayunar en un
sitio típico situado en el km. 103 de la autovía A2, de Madrid-Barcelona, y a
media mañana habían recorrido aproximadamente
110 kilómetros hasta la villa de Ablanque, donde habían reservado pernoctar dos
noches, ya que en la de su destino de Riba de Saelices no podían hacerlo.
La villa de Ablanque forma parte del Parque Natural del Alto Tajo, y pertenece al partido judicial de Molina de Aragón. Cuenta con una población de unos 70 vecinos. Está situada en una hondonada y en la cima de una pequeña colina. En sus alrededores se encuentran restos de antigua colonia romana, y de enormes bosques de pinares, regando sus tierras el río Ablandejo, que con escasa longitud de unos 8 kilómetros desemboca en el río Tajo.
El principal monumento de
la villa es la iglesia parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, y
la ermita bajo el nombre de San Roque, situada en un bello paraje entre
pinares.
Nuestros personajes
dejaron sus escasos bultos donde habían reservado para las dos noches de
estancia por aquella comarca. Pasearon por la villa para conocer sus gentes y
recorrieron sus calles, visitando el extraordinario monumento de la iglesia
parroquial.
Después partieron hasta la cercana villa de Riba de Saelices, donde habían reservado mesa para almorzar.
Esta población de 94
habitantes se encuentra situada en la llamada Sierra del Ducado, límite entre
la Alta Alcarria, en la Meseta Central y el Señorío de Molina de Aragón, en el Sistema
Ibérico. Se encuentra a una altitud media de 1000 metros, a orillas del río
Linares, rodeada de un marco incomparable con gran variedad de flora, aspecto
que hace de esta villa una localidad de mucha belleza.
Goza de una iglesia monumental con una bellísima portada de piedra arenisca construida en el siglo XII. Con una sola nave en el que destaca magnífico retablo con hermosas pinturas del siglo XVI. En el casco urbano también se encuentra la ermita de la Soledad, y cerca al núcleo está otra ermita donde se encuentra a patrona de la villa.
Después del almuerzo, se
dispusieron dar un paseo hasta el área recreativa “Los Casares”, para después visitar
el monumento prehistórico llamado Cueva de Los Casares, otro de los motivos que
les había llevado hasta aquella encantadora comarca del Señorío de Molina.
Aquel monumento mundialmente conocido por sus grabados paleolíticos, y restos de un poblado hispanomusulmán, que se extiende por la ladera de un cerro con un torreón islámico que corona el conjunto. Fue declarado Monumento Nacional en el año 1934.
Existen referencias de la
cueva desde la mitad del siglo XIX. Contiene alrededor de 200 grabados y pinturas del Paleolítico Medio.
La cueva es famosa por albergar unas series de grabados, que algunos atribuyen a la primera representación de la reproducción humana. Destacados arqueólogos situaron los grabados en fechas que van desde el 30000 hasta el 25000 a.C.
Considerando el
descubrimiento, aún más importante, por no haberse encontrado antes este tipo
de grabados en el interior de la península.
Nuestros personajes
quedaron encantados, especialmente Cesar, tan enamorado de conocer nuevos
lugares idílicos desconocidos de la
provincia, no obstante los sucesivos
viajes que habían realizado abuelo y nieto en otras ocasiones por la comarca
del Alto Tajo.
A la caída de la tarde, cuando ya el sol se
iba perdiendo entre los cerros que circundan aquellos lugares de gran contenido
histórico, decidieron partir hacia la villa de Ablanque, donde tomaron un
ligero refrigerio y descansaron del ajetreado día.
Se levantaron temprano en
la mañana del sábado, y después del desayuno,
partieron hacia el lugar más deseado del viaje proyectado llamado el
Valle de los milagros.
Entre paredes rojizas, formaciones rocosas colosales y un silencia casi místico, aquella comarca tiene un paraje natural que asombra al visitante. Un rincón poco conocido que cautiva a los amantes de la naturaleza y el senderismo.
Se trata de un entorno de enormes formaciones rocosas, un valle de casi apariencia mágica. En otoño, cuando las temperaturas son más suaves y los bosques cambian de color, recorrer aquellos paisajes se convierte en una experiencia inolvidable.
El valle está modelado por el curso del río Linares, cuyas aguas han esculpido durante millones de años un escenario de imponentes peñas de arenisca, pizarras y calizas. Formando auténticas esculturas naturales que se alzan como guardianes del paisaje.
Nuestros personajes, a lo largo de unos diez
kilómetros, se adentraron por un camino de dificultad baja, entre los torreones
de roca siguiendo el curso del citado río.
El recorrido invita a
disfrutar con calma del paisaje, y observar aves rapaces y especies forestales
del Alto Tajo.
El Valle de los Milagros, no solo fascina por su belleza visual, sino por su valor geológico y cultural.
Existen paneles
interpretativos explicando la formación de las rocas y los cambios del terreno
a lo largo de los siglos.
Además la abundante sombra
y la posibilidad de avistar fauna convierten aquel espacio en un lugar ideal
para disfrutar en familia.
Un valle que, entre su
silencio y sus formas caprichosas, parece esculpido por la propia naturaleza como
auténtico milagro.
Nuestros personajes,
después de almorzar en un bar situado en el centro social de la villa de Riba
de Saelices, y descansar un rato en los jardines limítrofes, recuperando sus
fuerzas después del largo caminar que habían tenido en la mañana, pasearon por
sus calles y visitaron la formidable iglesia parroquial. También aprovecharon
para conversar con los vecinos para informarse sobre cosas cotidianas de la
villa y su historia, pues era costumbre de nuestros personajes mantener
encuentros con las personas de los lugares visitados en la provincia de
Guadalajara, que de aquellas personas sencillas, bragadas en la dureza de la
vida rural, pero amables y agradecidas
con los visitantes de su villa, siempre se aprendía de ellos y de su sabiduría
adquirida en la universidad de la vida.
Al siguiente día de regreso a sus hogar, decidieron acercarse hasta la cercana villa de Saelices de la sal, donde en su término se encuentran las famosas explotaciones de sal.
Las salinas están situadas en un valle llamado Arroyo de la Vega. Están formadas por un conjunto de inmuebles destinados a la explotación salinera. Consta de dos pozos, cocederos, albercas, canalizaciones, un almacén y una ermita singular. La explotación salinera es de muy antiguo, pues se cree que ya existían explotaciones cerca de pueblos celtíberos que utilizaban los afloramientos de sal necesarios para el ganado y la forja de hierro. También los romanos, primero y árabes después los utilizaron.
Los primeros documentos
relativos a la explotación de sal se remontan al año 1203. Las instalaciones
que ahora pueden verse se deben al impulso industrial que llevaron a cabo los
Borbones en el siglo XVIII.
Después de la visita a las
citadas instalaciones de explotación de sal, partieron hacia Guadalajara, con
la idea de almorzar en casa.
Y por el camino escucharon
otro compact disc de música que
seleccionaron al salir de casa. En esta ocasión el titulado “Mi Patria”, del
autor checo Smetana.
Eugenio
Noviembre 2025










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