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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

05 junio 2018

EL PALACIO DEL INFANTADO



Amaneció un día de baja temperatura en el primero del mes de mayo, después de un largo invierno. Apenas unos tibios esplendores de una primavera que los alcarreños esperaban con mucha ilusión, pero que en esta ocasión se retrasaba de forma inusitada. No obstante, estaban acostumbrados a la dureza de la variante climatología que por aquellas tierras  suele acaecer. Pero estaban contentos y así lo manifestaban sus gentes, por las importantes lluvias que se habían registrado en las últimas semanas, incrementando el embalsamiento de los pantanos situados en la provincia de Guadalajara. Ilusionados por ver recuperar la belleza paisajística a que les tenían acostumbrados en los primeros años de su inauguración en la década de 1950/60, y que suponía un importante auge turístico, perdido en gran parte por pertinaces sequías y frecuentes  trasvases de la cuenca del río Tajo a la región levantina.

Aquel día brillaba un sol espléndido, por lo que Octavio sugirió a su nieto dar un paseo por la ciudad y visitar el Palacio del Infantado, una de las joyas del arte gótico civil, situado en el lugar donde ocupaban otras propiedades de don Pedro González de Mendoza, primer duque de la dinastía alcarreña. Lo conocían por haberlo visitado en varias ocasiones, especialmente el abuelo de Cesar, con motivo de ver la realización de algunas de las reformas que se fueron realizando en el devenir de los tiempos desde su construcción, pero especialmente las llevadas a cabo en la segunda mitad del siglo XX. Ahora lo hacían por conocer, especialmente,  el nuevo Museo Provincial de Bellas Artes.


Ese palacio es la joya arquitectónica más importante y representativa que la ilustre familia de los Mendoza ha legado a la capital alcarreña, y simboliza el arte y la historia de Guadalajara, pues en el monumental palacio pusieron lo más intenso de su carga intelectual y humanística, y el más acendrado sentimiento de apego hacia su tierra alcarreña. Se construyó por voluntad del segundo duque del Infantado don Iñigo López de Mendoza a partir del año 1480, y al terminar el siglo XV lucía el monumento todo su esplendor.


Así venía a introducir brevemente el abuelo, a su nieto Cesar, la historia que él conocía. Pero su nieto más conocedor de los más de quinientos años transcurridos desde que se iniciara su construcción, quiso demostrar sus conocimientos desde que inició su carrera universitaria de Turismo, apostillando lo siguiente:

-Abuelo, no es por presumir, pero desde hace tiempo estoy muy interesado por el devenir en los tiempos del famoso palacio, que alberga el Archivo Histórico y Museo Provincial, digno de ser visto por cuanto contiene de interés, no solo a nivel provincial, sino también por el gran contenido histórico de España, por cuantos personajes pasaron por sus estancias y los importantes acontecimientos que allí acaecieron. Y está declarado Monumento Nacional desde 1914.

Decidieron dar un largo paseo desde su domicilio, trascurrido a lo largo de los Jardines de la Concordia, y después a lo largo de la calle Mayor, que se vestía de gala por la festividad que estaba preparando el mundo sindical, para celebrar la gran fiesta universal de los trabajadores.

A lo largo del paseo Cesar siguió con su charla:

-Te comento abuelo, el palacio fue trazado y dirigido por el arquitecto Juan Guas, y diversos artistas mudéjares participaron en los aspectos decorativos.  También fue autor del castillo mendocino del Real de Manzanares, así como del monasterio toledano de San Juan de los Reyes, de la Hospedería Real de Guadalupe, y realizó varias obras en la catedral toledana.

-En 1569- continuó- el quinto duque del Infantado, inició una serie de reformas que tendían a parangonar su palacio con el que el rey Felipe II levantaba en Madrid; por lo que puedes deducir la importancia del señor Duque en aquellos tiempos, así como la influencia que tuvieron sus antepasados, como el cardenal Mendoza en la época del reinado de los Reyes Católicos.

-Abuelo, quiero recordar que por Guadalajara pasaron en varias ocasiones los Reyes Católicos, y una muy especial en 1487, en que se aposentaron en el palacio ducal, camino de Aragón acompañados por  su Canciller don Pedro González de Mendoza, coincidieron con su hermano Iñigo, el segundo duque del Infantado, que  estaba por entonces construyendo el palacio, ya habitable y en condiciones dignas de recibir a los reyes, quedando estos maravillados del monumento que había diseñado el referido arquitecto, a quien poco después le harían artífice de las obras reales.

-Abuelo, no quisiera aburrirte con tanta crónica relacionada con el palacio que vamos a visitar, pero es que así voy practicando por cuanto me va a demandar ejercer mis estudios de turismo. Además de considerar que el palacio tiene una larga cadena  de ilustres personajes que pasaron por él, y donde se fraguaron acontecimientos importantes de la Historia de España.

-Por ejemplo, y a modo de anécdota histórica, que después de la famosa batalla de Pavía, librada en Marzo de 1525 en las proximidades de la ciudad italiana de Pavía entre el ejército francés al mando del rey Francisco I y las tropas imperiales de Carlos V, habiendo sido derrotadas las tropas francesas, su citado rey, siendo  prisionero, pasó varias jornadas en el Palacio del Infantado, hasta que siguió su destierro en Madrid, donde fue  encerrado en la famosa  Torre de los Lujanes, situado en la plaza de la Villa.

-Abuelo, lo que no entiendo, es que el tal personaje que tanto duelo hizo a España y a su emperador, según cuenta la historia o leyenda, fuese un huésped tan bien agasajado durante las jornadas que estuvo en nuestra ciudad, y creo que la cosa continuó por la capital del reino. Así que no me extraña que nos digan que somos un poco quijotes, pues ya por entonces practicábamos.

-Querido Cesar- dijo su abuelo- estoy orgulloso de cuanto conoces de la historia de nuestro querido monumento, que es conocer una parte importante de España en este humilde rincón de la Alcarria, pues efectivamente, como bien dices, se desarrollaron importantes acontecimientos, y curiosas aventuras que vivieron personajes históricos.  Si me permites, por si no lo sabes, ocurrió una de ellas, durante el reinado de Felipe IV, real varón y  caprichoso de bellas féminas, pues parece ser que llegó a tener 34 hijos ilegítimos.

-No obstante, había tenido ocho hijos con su primera esposa Isabel de Borbón, y otros cinco con Mariana de Austria. Parecía haber nacido para procrear y menos para reinar España. Era público  y notorio que acostumbraba a frecuentar de incógnito los palcos de los teatros populares de Madrid, en busca de aventuras amorosas; en una de las cuales conoció a la que sería su favorita, la famosa actriz del Siglo de Oro, llamada María Inés Calderón, a la que apodaban “La Calderona”, circunstancia que destaco por estar relacionada con Guadalajara.

-Realizó varias salidas oficiales por tierras de Aragón, parando en el Infantado para pernoctar, y de tapadillo acercarse al monasterio benedictino de Valfermoso de las Monjas, en el valle del río Badiel, cerca de la villa principal de Jadraque, para visitar a  la referida amante, que de forma muy particular había dejado los escenarios para mantener relaciones amorosas con el rey.

-Tan amorosas que de ellas nació el infante bastardo don Juan José de Austria, único hijo ilegítimo reconocido oficialmente en vida del rey. Quiso reinar España en la época de su enfermizo hermano Carlos II “El Hechizado”. Tuvo una larga historia y muchas vicisitudes, y parece ser que su ambición le costó la vida, perdida en extrañas circunstancias.

-Cuenta la historia o leyenda que, el rey Felipe IV, para ver a su amada, llegó a saltar hasta las vallas del convento para no ser visto, algo rocambolesco, Cesar, y es que cuando un hombre pierde la cabeza por una mujer, suele hacer muchas tonterías, en este caso hasta hacer tambalear su reino. Te lo cuento como aviso a navegantes, que la infidelidad tiene amargas consecuencias, así como que no hay más alta virtud que la prudencia, que aquel rey parece que la perdió entre bastidores teatrales.

-Abuelo, la verdad que no conocía esas anécdotas de aquel pintoresco rey, pues en lo  estudiado por mí me lo describían más discreto, aunque era evidente que fue un mal rey, en una época de  deterioro de la monarquía y por ende la decadencia de España.

-Lo que sí parece es que hubo cierto paralelismo con el otro bastardo hermano del rey Felipe II, Juan de Austria, engendrado por el emperador Carlos V fuera de su matrimonio real. Pero aunque ambos bastardos fueron buenos soldados e ilustres marineros, nunca alcanzó el hijo de “La Calderona”, el talento militar de don Juan de Austria, vencedor de la famosa batalla de Lepanto.

-Querido abuelo, creo que uno de los acontecimientos más importantes que se desarrollaron en nuestro Palacio, fue con la llegada de la que sería la tercera esposa del rey Felipe II, Isabel de Valois, hija de Enrique II, rey de Francia y de Catalina de Médicis. Fue efímera su vida, ya que murió de parto del tercer hijo a los ocho años de su boda, celebrada el 2 de febrero de 1560, y era la primera vez que se veían cara a cara.

-Contaban los cronistas de la ciudad de Guadalajara, que la población les recibió con todos los honores y estaban felices por el insólito acontecimiento que estaban viviendo; y hasta el rey se había vestido íntegramente de blanco, inusual en él,  manifestando su alegría y esperanza en su tercer matrimonio. Fueron frustradas sus ilusiones, por la muerte de la reina a los 22 años de edad.

-También pasó por nuestra ciudad el efímero rey Carlos II, que se aposentó en el Palacio; pero parece ser que no fue muy sonado su recibimiento.

-Tuvo como escenario el encuentro del rey Felipe V con su segunda esposa Isabel de Farnesio, por motivo de ratificar su boda por poderes. Y también en plena guerra de sucesión, de regreso victorioso después de la batalla de Villaviciosa, acaecida cerca de la villa de Brihuega, tras proclamarse rey frente a las aspiraciones del archiduque Carlos de Austria.

-Sobre la estancia y aposento de los Borbones en el Palacio del Infantado, existen varias historias. Por ejemplo Isabel II, la de los tristes destinos, que gustaba de enamorar con una sucesión de amantes, después del fracasado matrimonio con su primo carnal Francisco de Asís de Borbón, hasta la revolución de 1868, al ser destronada y exiliada a Francia. Venía de vez en cuando a Guadalajara para visitar a su amiga íntima Sor Patrocinio, conocida como la “Monja de las Llagas”, religiosa de la Orden de la Inmaculada Concepción. Fundadora de varios conventos, murió y fue enterrada en el Convento del Carmen de Guadalajara en 1891, y actualmente en proceso de beatificación. Parece ser que tuvo mucha influencia sobre la reina, por lo que llego a ser desterrada también a Francia con motivo  de la citada revolución.

Nuestros personajes, antes de pasar a visitar el Palacio y su museo, pararon ante la impresionante fachada, considerada de las mejores entre los palacios renacentistas españoles; destacando la puerta de entrada, con un arco gótico coronado por el escudo de la familia Mendoza, con dos faunos salvajes a los lados, y la parte superior que tiene una preciosa galería abierta.


-Te cuento abuelo, que en el siglo XIX, el alcarreño Palacio del Infantado, señera mansión de los Mendoza pasó a propiedad del Estado, que lo destinó a colegio de huérfanas de la última guerra carlista, y durante nuestra desgraciada Guerra Civil sufrió grave deterioro, especialmente en los techos de artesonado mudéjar, por lo que los trabajos de restauración han sido importantes, mejorándolo constantemente hasta en los tiempos actuales.


Abuelo y nieto pasaron al interior del Palacio donde, entre otras maravillas, se alberga el magnífico Patio de los Leones, en dos niveles con arcos sobre columnas retorcidas. En los arcos hay abundante decoración con animales fantásticos, como leones y grifos. Escoltando las figuras simbólicas están los escudos de la familia de los Mendoza, así como frases recordando la grandeza de los arquitectos que construyeron el palacio.


-Abuelo, el conjunto histórico artístico del patrimonio del museo está dividido en tres secciones: Bellas Artes, Etnografía y Arqueología. Lo más notable entre su colección son unos cincuenta cuadros de la escuela hispano-flamenca, destacando entre otros ilustres creadores, lienzos de Alonso Cano, Carreño de Miranda, Alonso del Arco y José de Ribera; y los grupos escultóricos de Luisa Roldán.



-Toda la grandeza que encierra el monumento en el que estamos, sería arduo detallar, por lo que vamos a acudir a la tienda del Museo donde podremos adquirir un libro sobre la historia del Palacio para regalárselo a mis padres, ya que ellos no han tenido la oportunidad de acompañarnos en la visita, y así en casa lo tendremos para más amplia información de su glorioso pasado.


Después de la visita al Palacio, nuestros personajes decidieron dar un paseo por los bonitos y muy cuidados jardines anejos del monumento; el torreón de Alvarfañez de Minaya, recordando a este ilustre personaje, uno de los principales capitanes del rey Alfonso VI de León, que a principios del siglo XII reconquistó a los musulmanes la ciudad de Guadalajara, al que se le honra en el escudo de nuestra ciudad.




Una vez más abuelo y nieto, hermanados en sus salidas por Guadalajara y su provincia, estaban felices de haber pasado una mañana dichosa, aprendiendo y recordando una pequeña parte de la larga historia de la ciudad que amaban.

El amor, la voluntad de aprender y de conocer; el trabajo y la pasión por cumplir los sueños, son alas del espíritu de las grandes hazañas. El querer lo es todo. Todos tenemos que enseñar a los demás por poco doctos que sean, y todos tenemos que aprender de los demás por muy entendido que te creas.

“Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos senderos, quien no cambia de rutina, quien no lee, no viaja, no escucha música, no puede hallar encanto de sí mismo” Pablo Neruda.

Junio de 2018                                     Eugenio