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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

18 diciembre 2022

LA CONDENACIÓN DE FAUSTO


Jesús, Pedro y Pablo, son buenos amigos oriundos de la comarca de La Alcarria, en la provincia de Guadalajara, que afincados en Madrid se conocieron cuando asistían en La Casa de Guadalajara desde hace tiempo, y después coincidieron en los conciertos del Teatro Monumental de Madrid, y hasta la fecha son asiduos a los espectáculos musicales que se representan en el citado centro cultural.

Nuestros personajes también suelen desplazarse a Guadalajara, capital, para asistir a los eventos musicales que se celebran en el teatro-auditorio Buero Vallejo, y disfrutar de  excelentes veladas protagonizadas por la Orquesta y Coro Ciudad de Guadalajara. Completan el día  realizando una visita turística por la ciudad, y aprovechan para almorzar en un restaurante local, degustando la tradicional gastronomía de la tierra. 

Los tres tienen muchas afinidades, pero en particular coinciden en ser amantes de la música, especialmente de autores clásicos, que representa la Orquesta Sinfónica y Coros de Radio Televisión Española todos los jueves durante los meses de octubre a mayo de cada ciclo.

En un jueves final de temporada, salieron gozosos por haber asistido a uno de los días más felices que les brinda la música. En general la programación de los conciertos es variada y muy interesante, contando con un distinguido director titular, y la colaboración de prestigiosos directores y solistas como invitados.  

Es brillante en general la interpretación de la referida gran orquesta, reconocida y admirada a nivel nacional e internacional, que viene contribuyendo a la difusión de la cultura musical entre el gran público y a los niños de los colegios en particular, para que empiecen a conocer el fantástico mundo de la música, como gran don que se da a las personas.

En aquella ocasión han disfrutado con la famosa obra: La Condenación de Fausto, del inolvidable autor Héctor Berlioz, dirigida por el director francés invitado Michel Plasson. Se trata de una obra entre la ópera y la sinfonía coral. El mismo Berlioz escribió el libreto a partir de la obra Fausto, de Goethe.

Como es sabido, se trata de un personaje protagonista de varias obras musicales, y en esta ocasión se inspira en un mago. Se desconoce si es leyenda o historia real. Parece ser que vivió entre los siglos XV y XVI. Cuyo argumento principal es que vende su alma al diablo para obtener sabiduría, insatisfecho por la limitación de sus conocimientos e incapaz de ser feliz. Se le aparece Mefistófeles, demonio súbdito del Diablo para ofrecerle trascendencia y la felicidad a través del amor.

Berlioz hizo cambios significativos idealizando al personaje respecto a la obra  de Goethe. No existe un pacto con el diablo, sino que el amor es una trampa extorsiva tendida por Mefistófeles, y al final de la obra Fausto decide entregar su alma al diablo para que Margarita, su amada, pueda alcanzar el paraíso, convirtiéndose así en su salvador.

Héctor Berlioz, compositor francés fue un genio y extraordinaria su influencia en la creación musical del siglo XIX. Figura destacada del romanticismo y gran innovador de la música francesa, en un momento de total hegemonía de la música operística italiana y de la preponderancia alemana que dominaba en el citado siglo.

Después de haber disfrutado del espectáculo, nuestros personajes encaminaron sus pasos hacia un  bar, como hacían por costumbre, para celebrar la dicha de poder seguir disfrutando de buena música, y como decían unánimemente, para seguir siendo  buenos amigos y bien avenidos.

Sentados alrededor de una sencilla mesa, brindaron degustando un buen vino y el aperitivo, y durante un raro hablaron de todo un poco, especialmente de la música vivida y de los acontecimientos de  actualidad.

En esta ocasión, Jesús, persona curtida en los afanes musicales, inició la conversación ponderando la magnífica interpretación de la obra de Berlioz, especialmente la orquesta y en particular del director invitado, añadiendo a continuación, después de pinchar una aceituna del aperitivo que les habían puesto:

-Sabéis queridos amigos que el inmortal personaje Fausto me ha recordado a otros de actualidad que, en su afán de conseguir honores y gloria, y en especial poder y dinero, son capaces también de vender su alma al diablo?

Pedro, enseguida entró al trapo, comentando sobre los temas de actualidad, en los tiempos que nos toca vivir, de cierta turbación por el presente e inquietud y desasosiego por el futuro, y dijo, después de emitir cierto suspiro:

-Lo que tú dices, es tan real como la vida misma, por la desmedida ambición de muchos personajes que tienen como afán principal medrar a costa de lo que sea, y enlazo con lo que comentas, pues es injustificable que en muchas ocasiones actúan en beneficio personal cuando realizan funciones públicas.

-Y añado, todo ello se agrava, entiendo yo, con las iluminaciones fantasiosas y por acentuado sectarismo de quienes deberían aplicar más el sentido común que el partidista.

Pedro, tomando su vaso, dio un sorbo del rico vino que estaban tomando, y con una mirada invitaba a su amigo Pablo, para que tomara el relevo en la conversación. Así lo entendió, pues de inmediato tomó la palabra en los siguientes términos:

-Yo, ¿Qué queréis que os diga?  Si no fuera por el bálsamo que nos proporciona la música, y de otras cosas buenas que nos depara la vida, especialmente la familia y los buenos amigos, estaría clamando al cielo pidiendo piedad por este Pueblo de desilusionados y desconcertados, que inmerecidamente, creo yo, nos ha castigado con personajes que nos hacen enmudecer y se nos hiela hasta la sangre, como ya en una ocasión persona ilustre comentó esta última frase.

Queriendo tomar un respiro, tomó un trago de vino para suavizar su reseca garganta, y pasó el relevo a Jesús.

Este no tardó en saltar a escena:

-Os habéis olvidado, no creo sea adrede por el mal “rollo” que supone recordarlo, que entre otros males nos estamos empobreciendo por el “pellizco” que supone para nuestras pensiones y de las familias en general, la escalada de la inflación. “Que se lo digan a los ciudadanos, pues son muchos los que tienen una hipoteca  por la compra de su vivienda, y cada mes tienen que pagar más dinero de lo que habían calculado, y ni qué decir del sufrido consumidor que vuelve a casa después de su compra en los mercados, por el fuerte incremento de las compras realizadas”.

-Y del elevado precio del combustible, que vamos a tener que salir todos en patinete y el auto dejarlo en casa, y volver al brasero histórico de carbonilla, pues en mi comunidad hay rebelión a bordo entre los vecinos, por el tenso ambiente poco agradable en la temperatura, para evitar  elevadas  facturas del gas de la calefacción. Y no os digo más letanía de los temas desagradables de actualidad, para no enturbiar los momentos dichosos que hemos vivido esta mañana con el concierto musical.

-Pedro, cortando la disertación de  Jesús, no atendiendo el consejo de su amigo, y aprovechando que éste hacía señas al camarero para que volviera a llenar los vasos. Dijo:

-No podemos olvidar el tema de las  jubilaciones, que se alargan la edad, mientras los jóvenes esperando una oportunidad para poder trabajar, y los que lo encuentran son con sueldos escasos, o lo que es peor, buscando alternativas en otros países, donde tengan más suerte para soñar con un futuro digno.

-Y tampoco la enorme deuda que tiene contraída nuestro país, que según los más  entendidos alcanza cifras extraordinarias. Lo que me hace recordar la cita famosa: “Cada niño que viene al mundo trae un pan bajo el brazo”. Yo añadiría que lleva consigo una factura de esa gran deuda, que le durará hasta  finalizando su aventura por la vida.

-Mi humilde entender me dice que mucho tendrá que ver el dispendio con que se actúa a casi todos los niveles, con escasos atisbos de apretarse el cinturón, como vulgarmente se dice, y eliminar determinados capítulos del gran gasto nacional.

Pablo que estaba esperando tomar la palabra, dijo con voz pausada, pero con cierta indignación:

-Se proclama a los cuatro vientos, que la principal lucha es por el bien común de los ciudadanos de este país, pero no se enteran o no quieren darse por aludidos, de que su credibilidad está a bajo nivel. Permaneciendo impávidos sin impulsar una regeneración de la actuación de timonear la gran nave que se llama España, que viene navegando por aguas procelosas y con peligro de quedar desarbolada y varada en sombrías y agrestes playas, por incompetencia para cambiar al rumbo adecuado.

Pedro, que estaba atento de cuanto manifestaban sus amigos, se animó a continuar la charla, no obstante advertirles que les iban a crucificar las “parientas”, refiriéndose como siempre a las sufridas esposas, por estar alargando la tertulia más de lo normal, insinuando que debían levantar sus posaderas y marchar a coger el autobús que los acercara a casa.

-Quiero contar dos historias. Una la de aquél capitán al que habían confiado la gobernabilidad de una gran nave, para realizar una extraordinaria aventura por los océanos del mundo, y que estaba convencido de haber nacido para realizar grandes proezas. En principio nadie dudaba de que sus fines fuesen buenos, pero sí de su dudosa realización. Su excesivo optimismo le inducía a continuar en su empeño. Así pues ocurrió que, después de un tiempo de bonanza en la navegación, no supo atisbar que las furias de Neptuno, en forma de murallón de nubes con gran desarrollo vertical, fueron adquiriendo un aspecto abigarrado y caótico que se les venía encima.

-Capitán y oficiales comprendían que estaban navegando entre la prudencia, no queriendo desatar el pánico, y el realismo de la situación tal como era, creando desasosiego entre  la marinería ante la falta de resolución y valía para afrontar los peligros que acechaba una mar revuelta, momentos en los que se prueba el temple de los héroes, no vacilando ante la misión encomendada, para estar a la altura de las circunstancias, pues con una mar en calma cualquier capitán sale airoso.

-El cielo se empezó a oscurecer con aspecto amenazante, y lo que parecía fuerte temporal, terminó en galerna. Los gobernantes de la formidable embarcación observaron con inquietud la gravedad de la situación, y prestos se pusieron a pedir socorro en todas las formas, maldiciendo su destino y culpando a todos de la desgraciada situación.

-Cuando llegaron los auxilios, la nave estaba medio desarbolada y a la deriva, y durante mucho tiempo se sintieron las lamentaciones y en las almas de todos los marineros quedó la huella de aquella frustrada aventura.

-Y por último quiero terminar recordando una famosa frase, que  tengo bien grabada en mi memoria, y que en alguna otra ocasión  he comentado, escrita por el periodista y escritor italiano Indro Montanelli, en su libro Historia de Roma: “Que como todos los grandes imperios, el romano, no fue abatido por el enemigo exterior, sino roído por sus males internos".


Eugenio

Madrid, Diciembre de 2022