Los tres amigos, Rodrigo, Alarico
y Leovigildo, habían enriquecido su amistad por la afinidad que sentían por la
música, y entendían que su interacción social les proporcionaba estados de
ánimo gratamente satisfactorios; intercambiando opiniones y conocimientos,
compartiendo experiencias y relatos de vivencias personales, y narraciones de
acontecimientos pasados, fortalecían la memoria que a sus edades empezaban a
flojear, evitando el aislamiento social tan penoso para la salud, y fomentando
la socialización con otros compañeros en los espectáculos musicales a los que
asistían, estimulaban sus conocimientos en ésta y otras materias, en un amplio
panorama de culturas personales altamente gratificantes.
Eran conscientes de que se estaban encontrando cara a cara
con el irremediable destino del envejecimiento, pero instintivamente superaban
sus limitaciones, aceptando como algo natural del ser humano el hecho de
hacerse mayores.
Los tres amigos no reparan en
solventar cualquier inconveniente para asistir a algún evento musical, y ahora
se les presentaba la ocasión de disfrutar de un concierto especial que se iba a
celebrar en el Teatro Buero Vallejo de Guadalajara. La representación de una
selección de las divinas obras de Mozart, a cargo de la Orquesta Sinfónica de
Radio Televisión Española, dirigida por su Director Carlos Kalmar, a la que
seguían habitualmente en los ensayos que se realizan determinados jueves del año en el Teatro Monumental de Madrid.
Ahora finalizada la temporada, en
su tournée por diversas ciudades del país, recalaban en la ciudad alcarreña
ofreciendo un espectáculo extraordinario para deleite de los ciudadanos
guadalajareños, contribuyendo la referida orquesta, reconocida y admirada a
nivel nacional e internacional, a la difusión de la cultura musical al público
en general y a los niños y jóvenes en particular.
No lo pensaron mucho y a primera
hora de la mañana del sábado que se celebraba el espectáculo, salieron en automóvil
desde Madrid rumbo a Guadalajara, donde tenían proyectado visitar algunos
monumentos que desconocían, degustar en el almuerzo las delicias de la
gastronomía alcarreña y por la tarde asistir al concierto que motivaba el
viaje.
Durante su viaje a la ciudad
fueron disfrutando de un día espléndido de sol radiante, Rodrigo, persona
curtida en los temas musicales, inició la conversación ponderando el magnífico
espectáculo que iban a asistir. También manifestaba serias dudas sobre la
continuidad de la gran orquesta, pues las enormes medidas restrictivas de los
gobernantes tenían en el punto de mira la posible privatización, pudiendo
suponer dificultades para la continuación de sus actividades.
No podía ocultar su preocupación y
enfado, diciendo:
-Economizan en cultura pero no en
sus fastos, pues parece ser que no están entre las prioridades de nuestros
gobernantes potenciar los valores
musicales, principalmente les mueve sus propios intereses y los del
partido, y tienden a plasmar sus deseos en delirios de grandeza, mediante estructuras
megalómanas con un estímulo derrochador. Se gastan cantidades inmensas de
dinero público en edificios faraónicos para acomodarlos a su conveniencia
cueste lo que cueste con un desmedido afán fantasioso.
-Se rodean de privilegios desde
los más simples, como subvencionarse comidas, las bebidas y hasta los cafés,
significándose al viajar como reyezuelos, y no reparando en gastos con
suntuosos despachos millonarios; indolentes de lo que pasa con las miserias de
sus cercanías, donde miles de familias viven al borde de la pobreza. A muchos
les ciega la arrogancia de creerse pertenecer a una casta situada por encima
del común de los mortales, en los últimos tiempos desprestigiados por sus propios
comportamientos, incapaces de regenerarse por el camino de la humildad y la
sencillez.
Leovigildo que había escuchado
atentamente a su amigo, le relevó en la conversación con el siguiente
pensamiento:
-El sistema que los partidos
políticos ejercen sobre la vida de los
ciudadanos es insultante, prefieren casi la destrucción del Estado que el
recorte de sus privilegios. Han conseguido una partitocracia asfixiante, con
sus listas cerradas a nivel central, en autonomías y diputaciones, olvidando
intencionadamente la necesaria regeneración que los ciudadanos les exigen.
-No me negareis que en este país
hemos vivido en un estado de irrealidad, rozando el delirio, en particular en la
esfera pública, estimulado por la clase política y por otros corifeos alrededor
del poder, que se contagió al resto de los ciudadanos. Nos hacían ver que
estábamos en una situación privilegiada, en fin, que a nosotros no nos afectaba
en nada los nubarrones que se avistaban por el horizonte, y cegados estuvieron
para no ver la galerna que se avecinaba, cuando otros países se aprestaron a corregir
los problemas.
-Nos vendieron un país folklórico con
fuegos artificiales y grandes acontecimientos, con un despliegue de lujo
indecente por unos administradores poco austeros y escasamente rigurosos,
destacando en el despilfarro de lo superfluo y logrando una corrupción a nivel
general que envolvía en un mismo saco a políticos, empresarios y sindicatos.
Ejemplo claro lo tenemos en lo que ha sucedido en casi todas las cajas de
ahorro, a más gloria de los políticos que metieron en ellas sus narices junto
con sus amigotes actuando como unos golfos.
Alarico que conducía su flamante
nuevo automóvil, observando la animosidad de espíritu de sus amigos, no quiso
ser menos en manifestar su particular opinión sobre las cosas que pasan en
nuestra querida Patria, sin perder de vista la carretera, que cerca estaban de
su destino, les dijo:
-¡Qué paz social pueden asegurar
nuestros gobernantes si no dejamos de ser el país desarrollado con más paro de
Europa y con un sector público hipertrofiado que se consume en subvenciones
millonarias! Duplicidad de las administraciones, imposibilidad de poder
soportar 17 parlamentos y sus respectivos gobiernos sobredimensionados de
cargos y organismos duplicados en competencia con el Gobierno Central, multitud
de empresas públicas ineficaces y miles de asesores puestos a dedo, cobrando
elevados sueldos, y políticos en general de todo color manteniendo prebendas al
margen de la precaria situación de una gran parte de los ciudadanos.
-No creo exagerar, pues me limito
a transmitir lo que se está observando por todas las ciudades y pueblos, que
los ánimos están turbados y las gentes abocan al acoso y derribo. Todo se
agranda y magnifica. La desesperación de algunos, y el descontento y la
crispación en general están minando las ilusiones y esperanzas de un Pueblo que
ha demostrado ser pacífico hasta ahora, pero que se ven impotentes ante tantas
invasiones de sus derechos, engaños de las organizaciones financieras como las
famosas “preferentes”, los casos dramáticos de los desahucios, etc.
-En este río revuelto, unos y
otros desde distintas posiciones actuaron de forma patética e irresponsable,
obviando la realidad de que eran momentos de aplicar sensatez y sentido común
para reconducir el rumbo de esta gran nave que se llama España, antes de verla
a la deriva y varada en los confines de la tragedia, ya que todos tendríamos
mucho que perder y con un difícil retorno a feliz puerto. Dejémonos de
personalismos egoístas y espurios fines partidistas. ¡Que se dejen de cuentos y farsas! Que actúen dando ejemplo a los
ciudadanos actuando con extrema honradez, sincera seriedad y sencillez. Que
todos juntos nos impliquemos en remar en una misma dirección, adoptando la
mejor actitud positiva y constructiva a favor de nuestro País, y sobre nuestros políticos no dejándonos
embaucar con sus cantos de sirena, analizando seriamente sus promesas
electorales, frecuentemente incumplidas.
-Por último, que ya estamos
llegando a nuestro destino, quiero confesaros que yo tengo un sueño: Que todos
en nuestro País seamos iguales ante la Ley. Que la democracia que tenemos desde
hace 35 años vea al fin la luz de erradicar la escalada de casos corruptos que
ha padecido desde sus principios, gozando los culpables de impunidad en muchos
casos, sin que hayan devuelto el montante económico de su delito. Que las leyes
se hagan cumplir sin ser burladas por quienes más tienen que cumplirlas. Que el
sentido común y la razón se imponga ante el bien de los ciudadanos, sin ser
ultrajado por el bien de unos pocos. Que este País goce de pleno empleo. Que
desaparezca el afán desmedido de los nacionalismos por romper en pedazos España
y por ende la convivencia de los pueblos que la componen.
-En fin, otras cosas más diría que
mi sueño es muy extenso, pero entiendo que todo es una utopía, pues no deja de
ser un sueño. Pero quiero recordar una frase del escritor romano Polibio: “No
hay testigo más terrible ni acusador más implacable que la conciencia que mora
en el seno de cada hombre”
Ya en la lejanía se divisaba la
ciudad como desparramada sobre una suave vertiente, extendida hacia la fértil vega del Río
Henares. Tomaron la dirección donde estaba situado el famoso Palacio del
Infantado, cuya fachada es una de las mejores de los palacios renacentistas
españoles. Emblemático monumento de la capital alcarreña, que alberga también
el Museo Provincial de Guadalajara, con su importante Archivo Histórico,
distribuido en tres secciones: Bellas Artes, Etnografía y Arqueología.
Pasaron la mañana en la visita
monumental y después se trasladaron a un distinguido restaurante a degustar un
menú muy demandado por los visitantes: cordero asado, regado con buen vino de
la comarca de Mondéjar, y de postre los deliciosos bizcochos borrachos.
Después pensaron que lo mejor
sería dar un largo paseo por las calles de la ciudad hasta llegar a los
Jardines de la Concordia, y siguiendo por el Barrio de San Roque, repostar en su bonito parque, aprovechando
para descansar y degustar un cafetito.
En su programa de visitas, pues les
quedaba tiempo, antes de la representación musical, pudieron visitar el Panteón
de la Duquesa de Sevillano, mausoleo de sorprendente belleza, con una cúpula
impresionante. Este monumento, muy representativo de Guadalajara, también deja
sorprendido al visitante al contemplar la maravilla realizada en su interior.
Quedaron admirados por la visita y
los tres amigos pronto se encaminaron para disfrutar con el espectáculo musical
que se iba representar, una vez más con ilusión renovada, olvidando toda
pesadumbre comentada en el viaje, pues ya en una ocasión Rodrigo comentó la
famosa frase de Pushkin, máximo exponente de la literatura rusa: “De entre las
delicias de la vida, solo el amor le cede la música la plaza, más el amor
también es armonía….”
Eugenio
Junio de 2013
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