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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

01 junio 2012

INDIGNADOS EN EL CORAZON


INDIGNADOS EN EL CORAZON




En mi último viaje por tierras de Andalucía, estaba una mañana sentado en el banco de un jardín de la zona del Aljarafe sevillano, al resguardo del tórrido sol que en esas fechas abrasaba el cuerpo y hasta el alma. Reparé en dos jóvenes jardineros, una dama y un varón, que por su aparente juventud y semblante representaban no más de veinticinco años.

Estuve un rato observando la diligencia con que realizaban su cometido en el mantenimiento y conservación de los bellos jardines que me rodeaban. Pensaba en el feliz deleite de los que nos place disfrutar de la naturaleza. También en el salario que percibirían por tan honesto trabajo y sentí la curiosidad de conocer algo de sus vidas cuando se acercaron cerca de donde yo me encontraba.

De su porte y de cuanto hablaban entre ellos deduje se trataba de jóvenes cultos y bien formados, más allá del trabajo que realizaban. Efectivamente no desilusioné a mi atrevida curiosidad, cuando entablé conversación con ellos, que no rehusaron, pues entendí deseaban manifestar cierto descontento con la sociedad en que vivían y por el oficio que obligados estaban a representar, pues pensaban no les correspondía ejercer, por muy honesto que éste fuera. Se trataba de licenciados en Filología Inglesa, ella, y su compañero en Derecho, con remuneración aproximada de los mil euros, así que  se les podía considerar mileuristas.

Pensé en los muchos jóvenes en situación similar y en otros que ni siquiera la pueden gozar, si este verbo se puede aplicar, cuyos  destinos e ilusiones están aparcados en espera de un trabajo por muy miserable que sea.

Por estas tierras meridionales parece ser que el paro es el más alto del País. Triste y alarmante situación para los ciudadanos en general, pero para los jóvenes en particular, creando situaciones de tragedia y desesperanza por un futuro sombrío.

Situación que ha motivado movimientos de masas como el 15-M, que después de un año de comentarios sigue abierto a las interpretaciones más diversas para desentrañar las manifestaciones de su indignación y protesta, que parecen representar a ciudadanos jóvenes, por lo menos en sus principios, por ser los que más directamente sufren las perspectivas de un puesto de trabajo. Pero se aprecia, que indeseados grupos politizados intentan manipular y monopolizar las nobles iniciativas de aquellos, tratando de conseguir desde la calle lo que no consiguieron en las urnas, incitando a la revuelta callejera y el conflicto en contra del poder legalmente constituido.

En el curso de la conversación, el joven jardinero, con lengua clara y suelta, pausadamente pero con evidente melancolía, comentó de la existencia de una intensa problemática del mecanismo del poder corrupto en los diversos niveles del Estado: Central, Comunidades y Ayuntamientos, creando una atmósfera de moral decadente, que está engendrando personajillos   indecentes, culpables de acentuar a situación máxima la crisis que en general vienen padeciendo diversos países con la diversidad de sus particularidades.

La joven filóloga, ahora jardinera,  que estaba esperando poder hablar, con mirada escrutadora y cierta agudeza, me vino a decir a modo de pregunta: Usted cree que es normal los males que estamos padeciendo como consecuencia de la incompetencia de aquellos que no fueron capaces de buscar soluciones a su debido tiempo, reaccionando solo cuando el barco navegaba a la deriva y sin rumbo. No se enteraron o prefirieron ignorar el despilfarro en las instituciones del Estado, ni de la falta de control de los que estaban obligados a ello para evitar lo que ahora estamos padeciendo. Nos piden sacrificios sin fin, pero ellos siguen manteniendo privilegios propios de una casta que vive al margen del común de los ciudadanos.

Se cuestiona el Sistema Financiero y en particular las Cajas de ahorro que han naufragado en un mar de incompetencia, con nefastos dirigentes  percibiendo cifras astronómicas y blindajes escandalosos. Personajes soberbios y ambiciosos, que a pesar de su pésima gestión se van de “rositas”, sin reconocer su desatino ni pagar culpa alguna. Y nadie frenó tanto desorden, ni reparó en la incompetencia de sus consejeros: políticos de todo orden o desorden, sindicatos, etc., pero careciendo de gestores cualificados.

El joven y futuro abogado, levantando su tono de voz, dijo: Hasta cuando hemos de pagar los simples ciudadanos las torpes acciones y el grosero desenfreno que han mostrado  muchos en la función de sus cargos, creando confusión y espanto, desconcertándonos hasta helarnos la sangre por cuanto nos hacen padecer. A todos les despierta la ambición cuando toman el poder y sus delitos pueden hasta torcer y quebrar con dádivas la rectitud de la Ley. Aquellos que con ingenio hechizo, seducción y lisonjas rindieron nuestra voluntad en las urnas para conseguir el poder. En ellos se depositó confianza e ilusiones y de su herencia recibimos tiempos desquiciados que están consumiendo la esperanza en el futuro de infinidad de hombres y mujeres decepcionados.

Continuó la joven filóloga: De no ser por la tragedia que se vive en muchos hogares, podíamos decir que esto es como una comedia de enredo, donde en la escena nacional aparecen situaciones tan extrañas como construir aeropuertos donde no despegan aviones, y raíles por donde ya no circulan trenes de alta velocidad, que no rentabilizan suficientes pasajeros, donde se han invertido vanamente ingentes cantidades de dinero público. Más infinidad de otros desafueros fruto de los delirios de grandeza, vanidad y megalomanía que tanto gozan dirigentes de todo tipo, cuyo solo afán es medrar y hacer fortuna. No obstante, los culpables se van o les echan con honores, medallas y buenas rentas, y algunos aún siguen pululando en pos de nuevas aventuras que les lleva su desmedida ambición y desvergüenza.

Y ahora discúlpenos señor, pues a lo lejos viene hacia aquí nuestro capataz, que nos puede amonestar por dejar de hacer nuestro trabajo. Nos gustaría seguir charlando con usted, pero disciplina obliga, así que hasta otra ocasión que le veamos por aquí.

Nos despedimos pensando que ésta sería la primera y última ocasión que me vería con tan agradables jóvenes, pues al día siguiente tomaría el Ave para retornar a casa, pero con la certeza de haber tenido un encuentro difícil de olvidar.

Quedé meditando un rato más y mis pensamientos, como golondrinas soñadoras, volaron en recuerdo de la gran nave llamada Iberia, que quedó desarbolada y a la deriva después de la tragedia sufrida en los tumultuosos océanos de la vida, cuando su capitán y oficiales no fueron capaces de afrontar la furia de Neptuno. Ahora se intenta reponer de los estragos sufridos para volver a navegar y soñar, desplegando su orgullosa arboladura por los confines de la tierra  y que sus nuevas aventuras comporten esperanza, credibilidad y días de gloria.

Mayo 2012

Eugenio                                                  

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