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Algo sobre mí

Algo sobre mí

Empleado de banca jubilado, amante de la música y la literatura, la naturaleza y las humanidades. Nacido en Guadalajara y conocedor ferviente de la provincia. Actualmente con residencia en Madrid, después de un largo peregrinar por diversas ciudades en razón a mi profesión; que ahora con ilusión trato de vivir esta nueva aventura, pues siempre he creído que la providencia nos ha dado el sueño y la esperanza como compensación a los cuidados de la vida.

22 mayo 2021

HAYEDO DE TEJERA NEGRA

 

-Aligera Cesar, que hoy tenemos largo camino por recorrer, y mucho por ver.

Así comentaba su abuelo Octavio a primera hora de la mañana, en el albor de un nuevo día otoñal que se presentaba con un cielo azul y libre de nubes.

Días atrás habían visto por internet que los próximos serían de agradable temperatura y  ausencia de lluvias, que era su deseo para realizar el viaje que habían proyectado  tiempo atrás.

Tenían pensado una nueva excursión por la provincia de Guadalajara, en esta ocasión por la zona norte, que desconocía Cesar. Octavio ya estuvo por allí hacía muchos años, al poco tiempo de haber llegado a la capital procedente de su tierra extremeña.

Su intención principal era conocer y profundizar en el famoso Hayedo de Tejera Negra, situado al norte de la provincia, que limita con la de Madrid y  Segovia.



Está integrado en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, que junto con el Hayedo de Montejo, en la provincia de Madrid, y el del puerto de la Quesera, en la de Segovia, conforman el conjunto de bosques de hayas más meridional del sur de Europa. Siendo el de Guadalajara el de mayor extensión de los tres.

Se trata de un gran bosque de extraordinaria belleza, especialmente en la época otoñal, por la diversidad de las entonaciones de  colores, con un cromatismo que embelesa a la vista del viajero que haya tenido la buena idea de viajar por aquella comarca.

-Querido Cesar, cuando yo, muy joven todavía, hice una excursión con unos amigos por aquella zona, la lluvia nos impidió gozar plenamente en aquel lugar de encanto, por lo que tenía una deuda pendiente de realizar otra visita por aquella comarca.

-Abuelo, pues ahora podremos disfrutar, ya que el tiempo parece que nos acompañará para los dos días de este  fin de semana que hemos proyectado para conocer, no solo el Hayedo como visita principal, sino también por algunas de las villas cercanas y otras que se encuentran en nuestro camino.

-Pues sí, Cesar, que dos días bien aprovechados, dan muchas oportunidades para para disfrutar de la Naturaleza, y del encanto de las villas que proyectamos visitar. Así que apresura, pues tenemos unos noventa kilómetros hasta la villa de Cantalojas, próxima al Hayedo,  donde tendremos nuestra parada  final para pernoctar.

Pronto se pusieron en marcha nuestros personajes hacia la nueva aventura de conocer desconocidos horizontes en la provincia de Guadalajara.

Tomaron la CM-101 dirección Fontanar-Yunquera de Henares. La CM-1001 Humanes-Cogolludo. En esta última pensaban desayunar. Después la CM-1006 hasta Galve de Sorbe, y finalmente la GU-213 hasta Cantalojas.

-Cesar, para amenizar el viaje hasta nuestro destino he recuperado un CD dedicado a la música de Beethoven, uno de mis admirados compositores clásicos, concretamente la 6ª sinfonía, llamada Pastoral, pues en esta obra el autor se propuso homenajear, en un canto musical de exaltación a la Naturaleza que tanto amaba; pues en esta obra expresa los sentimientos que experimentaba al contemplarla en sus frecuentes paseos por el campo: el trinar del ruiseñor y del cuco, el sonido del agua por el arroyo y demás secuencias. En resumen, despierta la imaginación del que la escucha, por las manifestaciones majestuosas de esta obra inmortal.

-Espero te guste y que sientas la llamada de la música que en otras ocasiones te he recomendado; porque enaltece los buenos sentimientos; enriquece el alma  de paz y serenidad y suaviza los momentos  que te afligen en la aventura de la vida.

-Esta obra la he escogido, como preámbulo de la belleza que hemos de ver por el bosque de hayas y otras especies que vamos a visitar, reflejo excepcional de como la Naturaleza se manifiesta con toda brillantez. Donde podremos ver una orquestación de contrastes naturales que se ofrecerá a nuestra feliz contemplación.

-Cesar, camino de nuestro destino por el norte de la provincia, hemos de parar en una pequeña villa que se llama Congostrina, que lleva por nombre el apellido de un buen amigo mío, y me ha recomendado, al conocer el viaje que íbamos a realizar, que pasáramos por allí, porque a pesar de tener una población de diecisiete personas, goza de mucho encanto, y siente un cariño especial, pues cree que fue cuna de sus ancestros. Está situada en un pequeño cerro a los pies de la sierra de los Lobos, cercana entre dos embalses: Alcorlo y Pálmaces.

Escuchando música todo el camino, a nuestros personajes se les hizo corto el trayecto hasta llegar a la villa de Cogolludo  para desayunar.

Aparcaron en la plaza mayor porticada, de una gran belleza arquitectónica, en la que se encuentra el famoso palacio de los Duques de Medinaceli, o Palacio Ducal de Cogolludo como se le conoce. Monumento renacentista del siglo XV, que fue mandado construir por la distinguida familia Medinaceli, y está considerado como el primer palacio renacentista de España. Es el edificio más emblemático de la villa. Ha sido conservado perfectamente y el interior remodelado en los últimos tiempos, por lo que puede ser visitado, siendo  motivo de mucho interés para el  turismo local.



-Abuelo, después de desayunar podemos pasar a visitar el palacio, aunque la belleza principal está en su magnífica e impresionante fachada, pues tengo interés en conocerlo plenamente, ya que en mis estudios de Turismo destaca este edificio, que fue construido como patrocinio de Luis de la Cerda, para residencia del joven matrimonio compuesto por su hija y el que sería Gran Cardenal Mendoza, por lo que  sentía curiosidad por este extraordinario monumento.


Ventana del Palacio Ducal

Así lo hicieron después del desayuno, y no queriendo retrasar más el viaje siguieron su camino, pero atendiendo el deseo del amigo de Octavio se desviaron unos kilómetros del itinerario para visitar la

 villa de Congostrina.

En la población todavía es posible encontrar algún edificio que conserva la arquitectura popular tradicional. Cerca de la fuente de la plaza del Ayuntamiento encontraron la Iglesia bajo la advocación de la Virgen de la Asunción.


 Bello edificio del siglo XVI, que cuenta con una distinguida espadaña y un atrio porticado.

No obstante su escasa población, que las calles parecían desiertas, al final  hallaron un varón de avanzada edad, que estaba tomando el sol a la puerta de su casa, con el que trabaron conversación, así como con dos señoras, también mayores, y nuestros personajes  les preguntaron sobre la existencia de algún vecino con el apellido del amigo  de Octavio, contestando que desconocían entre las personas que habitaban la villa.

-Cesar, como hemos dedicado buena parte de la mañana,  si te parece almorzamos en la villa de Galve de Sorbe y después seguiremos el camino para pernoctar en Cantalojas, como teníamos proyectado al salir de casa.

-Me parece bien, abuelo, pues también tengo interés en conocer esa población, que cuenta con interesante historia y un castillo digno de conocer, según mis estudios que realicé en su momento cuanto estaba en el último curso de Turismo.

-Esa villa pertenecía al antiguo partido judicial de Atienza. La población, que cuenta con unos cien habitantes, aparece nombrada en documentos que datan del siglo XII, y su nombre deriva de un general árabe. El castillo, del siglo XV, construido sobre los restos de una fortaleza árabe, en principio defendía la frontera del Califato de Córdoba con el Reino de Castilla.



-Ha sido propiedad de sucesivos personajes relevantes de la historia de España, y es uno de los que jalonan las atractivas encrucijadas naturales de la provincia, testigo mudo de la densa y rica historia de España, de la que Guadalajara fue protagonista excepcional.

-Querido Cesar, ya estamos llegando a la villa de Galve de Sorbe, después de las enormes extensiones de pinares y del macizo de Ayllón, con una bella panorámica de este entorno privilegiado. Su castillo construido en un elevado promontorio e icono importante de ésta población, nos da la bienvenida.



-También goza de ricos pastizales, amplias praderas y dehesas idóneos para la cría de ganado vacuno, de corderos y cabritos de excelente calidad, por lo que el asado de estos inocentes animalillos conforta uno de los principales platos de la comarca, con múltiples formas de guisarlos, por lo que nuestro almuerzo lo celebraremos con rico plato de asado, y también podemos acompañar el menú  con setas, por la ocasional abundancia de diversas variedades que facilitan su degustación en esta época otoñal del año.


Después del delicioso almuerzo, la tarde la dedicaron a pasear por las calles de la villa, amplias y enmarcadas por grandes casonas. Con plazoletas y rincones llenos de encanto, y como lugar característico de la villa, es su plaza mayor, con su Ayuntamiento, pintoresca fuente y su picota gótica del siglo XVI, declarada Bien de Interés Cultural. También se distinguen  cuatro ermitas en su término municipal, que dan testimonio del fervor religioso de su población.



Nuestros personajes se acercaron hasta al emblemático castillo, que solo puede ser visto en su extensión exterior, pues la casa de Alba, último dueño, pasado el tiempo, lo cedió al Estado hasta que en 1972  fue subastado y pasó a manos privadas.

-Cesar, cierto es, que tripas llevan pies, después de lo bien que hemos almorzado, pero ya siento el cansancio del ajetreado viaje desde que salimos de casa, así que finalicemos nuestro paseo por esta bonita villa y sus alrededores, y sigamos el camino hasta Cantalojas, donde pernoctaremos.

-Me parece bien, abuelo, espera que haga las últimas fotos del castillo y regresemos.

Avanzada la tarde y con un sol decadente, próximo el crepúsculo en esas fechas otoñales, en poco tiempo estaban entrando en la villa que se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. En su término está el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra, declarado Parque Natural en Noviembre de 1978, siendo el primer espacio protegido de la provincia de Guadalajara, que cuenta con una extensión de 1.641 hectáreas. Situado a unos kilómetros de distancia de la villa de Cantalojas, que tiene una población de unos 150 habitantes.  


En la arquitectura tradicional de Cantalojas destaca el uso de la pizarra negra, por lo que se puede considerar incluido entre las poblaciones de la llamada arquitectura negra, característica de la sierra norte de la provincia de Guadalajara.

Pozas de Cantalojas

Su medio de vida es, principalmente, la ganadería vacuna y lanar, que facilitan sus abundantes pastos, y el turismo, atraídos por el famoso hayedo.

Su principal monumento es la majestuosa Iglesia de San Julián, de estilo románico de una sola planta, construido entre los siglos XVI/XVII, que tuvo importantes reformas en el XIX.



También destaca de esta villa su feria de ganado, considerada la más importante de la provincia.

-Cesar, no obstante dar una vuelta por la villa, y dejar los macutos en el hostal donde tenemos reserva para cenar y pernoctar, no tardaremos en recogernos para descansar, que mañana tenemos el plato fuerte de la  excursión programada. Habrá mucho que andar para conocer en su máxima extensión el Hayedo de Tejera Negra, según nos permitan nuestras fuerzas, especialmente las mías, ya que el vigor de tu juventud está fuera de toda duda, y dejémonos seducir por el encanto de las diversas rutas que se pueden recorrer.

Amaneció el día siguiente, y asomados desde el mirador de su habitación,  tuvieron la sensación de ser los primeros en ver la luz de una mañana con un cielo azul sin nubes, y apreciar en el horizonte los primeros rayos de un bello sol naciente.  Un amanecer perfecto, y que acudían a una cita hermosa con la Naturaleza mostrando todo su esplendor, que les brindaría lugares de encanto, parajes agrestes e inmaculados: montaña, corrientes de agua cristalina, flora y bosques infinitos. Y ya veían aves navegando por el cielo en las primeras luces del alba.  

Nuestros personajes hacía tiempo que tenían reservada la entrada al parque y al aparcamiento de coches, por tratarse de fin de semana, ya que el acceso al parque es  limitado, por lo que no tuvieron dificultad para cumplir con la ilusión que hasta allí les habían llevado y descubrir  rincones idílicos.



El bosque crece entre dos valles flanqueados por altas y afiladas crestas rocosas, y allí están esas hayas desde hace siglos, que en el macizo de Ayllón encontraron  su maceta ideal, por las características del suelo, el clima y las abundantes lluvias que tanto le convienen. Y es en el otoño la estación en que el hayedo ofrece su máxima belleza, y donde también se dan robles y pinos, tejos, acebos y abedules, proliferando  infinidad de variedades de setas y hongos.

Iniciaron la ruta recomendada llamada Senda del Robledal, que parte del Centro de Interpretación situado a 2.5 kilómetros por pista asfaltada desde la villa de Cantalojas.

Al poco tiempo de iniciar la ruta apreciaron el majestuoso vuelo de varias águilas imperiales cerca de los impresionantes roqueros, y siguiendo el camino también observaron milanos y azores, buitres y quebrantahuesos. Les habían advertido del silencio que debían de observar en todo el recorrido que hiciesen, pues podían contemplar corzos, zorros y gatos monteses, garduñas y tejones, comadrejas y jabalíes.



Cruzaron por lugares increíblemente bellos, donde la paz es solo alterada por el dulce trinar de las aves y el rumor de las aguas saltarinas, que en el transcurso de la ruta se encontraron con dos ríos y diversos arroyuelos. En un ambiente de cuento donde el suelo está alfombrado por el musgo y las hojas de los árboles, de diversas tonalidades, predominando en general por el bosque el color ocre y rojo, verde y amarillo, con un valor paisajístico de belleza increíble.



Al final de la ruta, después de varios kilómetros de recorrido, llegando al Centro de donde habían partido. Cesar comentó a su abuelo: –No me extraña que la Unesco, en el año 2017,  declarase Patrimonio de la Humanidad, la maravilla que encierra estos parajes, por la magnitud y de la diversidad ecológica de lo que es el Hayedo. Y que asistir a este bello lugar no solo disfrutas de la excelente Naturaleza que nos rodea, que también nos ayuda a comprender la importancia de la conservación de estos paraísos naturales, que se nos brinda para la feliz contemplación de los visitantes  y se perpetúe para las generaciones venideras.



Regresaron tarde al almuerzo, pero la amabilidad y buen trato de aquellos lugareños que viven el turismo como razón de ser de buena parte de su economía, les atendieron con esmero y buena comida, aderezada con una ración de exquisitos boletus.

Llegaron ya de noche a su hogar, pues al regreso pararon en los dos pueblos que también tenían proyectado en el viaje, Condemios de Arriba y de Abajo, pero que por razones tiempo no pudieron hacerlo. Ahora lo harían, pero brevemente, aunque también eran villas de singular encanto y muchas cosas bellas por ver, pero se lo prometieron para otra excursión.

Mayo 2021

Eugenio

 


1 comentario:

Nuria dijo...

Qué bonito el hayedo! Muy bien tu relato padre! un abrazo