-Aligera Cesar, que hoy
tenemos largo camino por recorrer, y mucho por ver.
Así comentaba su abuelo
Octavio a primera hora de la mañana, en el albor de un nuevo día otoñal que se
presentaba con un cielo azul y libre de nubes.
Días atrás habían visto
por internet que los próximos serían de agradable temperatura y ausencia de lluvias, que era su deseo para
realizar el viaje que habían proyectado tiempo atrás.
Tenían pensado una nueva excursión por la provincia de Guadalajara, en esta ocasión por la zona
norte, que desconocía Cesar. Octavio ya estuvo por allí hacía muchos años, al
poco tiempo de haber llegado a la capital procedente de su tierra extremeña.
Su intención principal era conocer y profundizar en el famoso Hayedo de Tejera Negra, situado al norte de la provincia, que limita con la de Madrid y Segovia.
Está integrado en el
Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara, que junto con el Hayedo de
Montejo, en la provincia de Madrid, y el del puerto de la Quesera, en la de
Segovia, conforman el conjunto de bosques de hayas más meridional del sur de
Europa. Siendo el de Guadalajara el de mayor extensión de los tres.
Se trata de un gran bosque de
extraordinaria belleza, especialmente en la época otoñal, por la diversidad de
las entonaciones de colores, con un cromatismo que embelesa a la vista del
viajero que haya tenido la buena idea de viajar por aquella comarca.
-Querido Cesar, cuando yo,
muy joven todavía, hice una excursión con unos amigos por aquella zona, la lluvia
nos impidió gozar plenamente en aquel lugar de encanto, por lo que tenía una
deuda pendiente de realizar otra visita por aquella comarca.
-Abuelo, pues ahora
podremos disfrutar, ya que el tiempo parece que nos acompañará para los dos
días de este fin de semana que hemos
proyectado para conocer, no solo el Hayedo como visita principal, sino también
por algunas de las villas cercanas y otras que se encuentran en nuestro camino.
-Pues sí, Cesar, que dos
días bien aprovechados, dan muchas oportunidades para para disfrutar de la
Naturaleza, y del encanto de las villas que proyectamos visitar. Así que apresura,
pues tenemos unos noventa kilómetros hasta la villa de Cantalojas, próxima al
Hayedo, donde tendremos nuestra parada final para pernoctar.
Pronto se pusieron en
marcha nuestros personajes hacia la nueva aventura de conocer desconocidos
horizontes en la provincia de Guadalajara.
Tomaron la CM-101
dirección Fontanar-Yunquera de Henares. La CM-1001 Humanes-Cogolludo. En esta
última pensaban desayunar. Después la CM-1006 hasta Galve de Sorbe, y
finalmente la GU-213 hasta Cantalojas.
-Cesar, para amenizar el
viaje hasta nuestro destino he recuperado un CD dedicado a la música de
Beethoven, uno de mis admirados compositores clásicos, concretamente la 6ª sinfonía,
llamada Pastoral, pues en esta obra el autor se propuso homenajear, en un canto
musical de exaltación a la Naturaleza que tanto amaba; pues en esta obra expresa los
sentimientos que experimentaba al contemplarla en sus frecuentes paseos por el
campo: el trinar del ruiseñor y del cuco, el sonido del agua por el arroyo y
demás secuencias. En resumen, despierta la imaginación del que la escucha, por
las manifestaciones majestuosas de esta obra inmortal.
-Espero te guste y que
sientas la llamada de la música que en otras ocasiones te he recomendado; porque
enaltece los buenos sentimientos; enriquece el alma de paz y serenidad y suaviza los momentos que te afligen en la aventura de la vida.
-Esta obra la he escogido,
como preámbulo de la belleza que hemos de ver por el bosque de hayas y otras
especies que vamos a visitar, reflejo excepcional de como la Naturaleza se
manifiesta con toda brillantez. Donde podremos ver una orquestación de
contrastes naturales que se ofrecerá a nuestra feliz contemplación.
-Cesar, camino de nuestro destino por el norte de la provincia, hemos de parar en una pequeña villa que se llama Congostrina, que lleva por nombre el apellido de un buen amigo mío, y me ha recomendado, al conocer el viaje que íbamos a realizar, que pasáramos por allí, porque a pesar de tener una población de diecisiete personas, goza de mucho encanto, y siente un cariño especial, pues cree que fue cuna de sus ancestros. Está situada en un pequeño cerro a los pies de la sierra de los Lobos, cercana entre dos embalses: Alcorlo y Pálmaces.
Escuchando música todo el camino, a nuestros personajes se les hizo corto el trayecto hasta llegar a la villa de Cogolludo para desayunar.
Aparcaron en la plaza mayor porticada, de una gran belleza arquitectónica, en la que se encuentra el famoso palacio de los Duques de Medinaceli, o Palacio Ducal de Cogolludo como se le conoce. Monumento renacentista del siglo XV, que fue mandado construir por la distinguida familia Medinaceli, y está considerado como el primer palacio renacentista de España. Es el edificio más emblemático de la villa. Ha sido conservado perfectamente y el interior remodelado en los últimos tiempos, por lo que puede ser visitado, siendo motivo de mucho interés para el turismo local.
-Abuelo, después de desayunar podemos pasar a visitar el palacio, aunque la belleza principal está en su magnífica e impresionante fachada, pues tengo interés en conocerlo plenamente, ya que en mis estudios de Turismo destaca este edificio, que fue construido como patrocinio de Luis de la Cerda, para residencia del joven matrimonio compuesto por su hija y el que sería Gran Cardenal Mendoza, por lo que sentía curiosidad por este extraordinario monumento.
Ventana del Palacio Ducal |
Así lo hicieron después del desayuno, y no queriendo retrasar más el viaje siguieron su camino, pero atendiendo el deseo del amigo de Octavio se desviaron unos kilómetros del itinerario para visitar la
En la población todavía es posible encontrar algún edificio que conserva la arquitectura popular tradicional. Cerca de la fuente de la plaza del Ayuntamiento encontraron la Iglesia bajo la advocación de la Virgen de la Asunción.
Bello edificio del siglo XVI, que cuenta con una distinguida espadaña y un atrio porticado.
No obstante su escasa
población, que las calles parecían desiertas, al final hallaron un varón de avanzada edad, que
estaba tomando el sol a la puerta de su casa, con el que trabaron conversación,
así como con dos señoras, también mayores, y nuestros personajes les preguntaron sobre la existencia de algún
vecino con el apellido del amigo de Octavio,
contestando que desconocían entre las personas que habitaban la villa.
-Cesar, como hemos
dedicado buena parte de la mañana, si te
parece almorzamos en la villa de Galve de Sorbe y después seguiremos el camino
para pernoctar en Cantalojas, como teníamos proyectado al salir de casa.
-Me parece bien, abuelo,
pues también tengo interés en conocer esa población, que cuenta con interesante
historia y un castillo digno de conocer, según mis estudios que realicé en su
momento cuanto estaba en el último curso de Turismo.
-Esa villa pertenecía al antiguo partido judicial de Atienza. La población, que cuenta con unos cien habitantes, aparece nombrada en documentos que datan del siglo XII, y su nombre deriva de un general árabe. El castillo, del siglo XV, construido sobre los restos de una fortaleza árabe, en principio defendía la frontera del Califato de Córdoba con el Reino de Castilla.
-Ha sido propiedad de
sucesivos personajes relevantes de la historia de España, y es uno de los que
jalonan las atractivas encrucijadas naturales de la provincia, testigo mudo de
la densa y rica historia de España, de la que Guadalajara fue protagonista
excepcional.
-Querido Cesar, ya estamos llegando a la villa de Galve de Sorbe, después de las enormes extensiones de pinares y del macizo de Ayllón, con una bella panorámica de este entorno privilegiado. Su castillo construido en un elevado promontorio e icono importante de ésta población, nos da la bienvenida.
-También goza de ricos
pastizales, amplias praderas y dehesas idóneos para la cría de ganado vacuno,
de corderos y cabritos de excelente calidad, por lo que el asado de estos
inocentes animalillos conforta uno de los principales platos de la comarca, con
múltiples formas de guisarlos, por lo que nuestro almuerzo lo celebraremos con
rico plato de asado, y también podemos acompañar el menú con setas, por la ocasional abundancia de
diversas variedades que facilitan su degustación en esta época otoñal del año.
Después del delicioso almuerzo, la tarde la dedicaron a pasear por las calles de la villa, amplias y enmarcadas por grandes casonas. Con plazoletas y rincones llenos de encanto, y como lugar característico de la villa, es su plaza mayor, con su Ayuntamiento, pintoresca fuente y su picota gótica del siglo XVI, declarada Bien de Interés Cultural. También se distinguen cuatro ermitas en su término municipal, que dan testimonio del fervor religioso de su población.
Nuestros personajes se
acercaron hasta al emblemático castillo, que solo puede ser visto en su
extensión exterior, pues la casa de Alba, último dueño, pasado el tiempo, lo
cedió al Estado hasta que en 1972 fue
subastado y pasó a manos privadas.
-Cesar, cierto es, que
tripas llevan pies, después de lo bien que hemos almorzado, pero ya siento el
cansancio del ajetreado viaje desde que salimos de casa, así que finalicemos
nuestro paseo por esta bonita villa y sus alrededores, y sigamos el camino
hasta Cantalojas, donde pernoctaremos.
-Me parece bien, abuelo,
espera que haga las últimas fotos del castillo y regresemos.
Avanzada la tarde y con un sol decadente, próximo el crepúsculo en esas fechas otoñales, en poco tiempo estaban entrando en la villa que se encuentra dentro del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara. En su término está el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra, declarado Parque Natural en Noviembre de 1978, siendo el primer espacio protegido de la provincia de Guadalajara, que cuenta con una extensión de 1.641 hectáreas. Situado a unos kilómetros de distancia de la villa de Cantalojas, que tiene una población de unos 150 habitantes.
En la arquitectura tradicional de Cantalojas destaca el uso de la pizarra negra, por lo que se puede considerar incluido entre las poblaciones de la llamada arquitectura negra, característica de la sierra norte de la provincia de Guadalajara.
Pozas de Cantalojas |
Su medio de vida es,
principalmente, la ganadería vacuna y lanar, que facilitan sus abundantes
pastos, y el turismo, atraídos por el famoso hayedo.
Su principal monumento es la majestuosa Iglesia de San Julián, de estilo románico de una sola planta, construido entre los siglos XVI/XVII, que tuvo importantes reformas en el XIX.
-Cesar, no obstante dar
una vuelta por la villa, y dejar los macutos en el hostal donde tenemos reserva
para cenar y pernoctar, no tardaremos en recogernos para descansar, que mañana
tenemos el plato fuerte de la excursión
programada. Habrá mucho que andar para conocer en su máxima extensión el Hayedo
de Tejera Negra, según nos permitan nuestras fuerzas, especialmente las mías, ya
que el vigor de tu juventud está fuera de toda duda, y dejémonos seducir por el encanto de
las diversas rutas que se pueden recorrer.
Amaneció el día siguiente,
y asomados desde el mirador de su habitación,
tuvieron la sensación de ser los primeros en ver la luz de una mañana
con un cielo azul sin nubes, y apreciar en el horizonte los primeros rayos de
un bello sol naciente. Un amanecer
perfecto, y que acudían a una cita hermosa con la Naturaleza mostrando todo su esplendor, que les brindaría
lugares de encanto, parajes agrestes e inmaculados: montaña, corrientes de agua cristalina, flora y bosques
infinitos. Y ya veían aves navegando por el cielo en las primeras luces del
alba.
Nuestros personajes hacía tiempo que tenían reservada la entrada al parque y al aparcamiento de coches, por tratarse de fin de semana, ya que el acceso al parque es limitado, por lo que no tuvieron dificultad para cumplir con la ilusión que hasta allí les habían llevado y descubrir rincones idílicos.
El bosque crece entre dos
valles flanqueados por altas y afiladas crestas rocosas, y allí están esas
hayas desde hace siglos, que en el macizo
de Ayllón encontraron su maceta ideal,
por las características del suelo, el clima y las abundantes lluvias que tanto
le convienen. Y es en el otoño la estación en que el hayedo ofrece su máxima
belleza, y donde también se dan robles y pinos, tejos, acebos y abedules, proliferando
infinidad de variedades de setas y
hongos.
Iniciaron la ruta
recomendada llamada Senda del Robledal, que parte del Centro de Interpretación situado
a 2.5 kilómetros por pista asfaltada desde la villa de Cantalojas.
Al poco tiempo de iniciar la ruta apreciaron el majestuoso vuelo de varias águilas imperiales cerca de los impresionantes roqueros, y siguiendo el camino también observaron milanos y azores, buitres y quebrantahuesos. Les habían advertido del silencio que debían de observar en todo el recorrido que hiciesen, pues podían contemplar corzos, zorros y gatos monteses, garduñas y tejones, comadrejas y jabalíes.
Cruzaron por lugares increíblemente bellos, donde la paz es solo alterada por el dulce trinar de las aves y el rumor de las aguas saltarinas, que en el transcurso de la ruta se encontraron con dos ríos y diversos arroyuelos. En un ambiente de cuento donde el suelo está alfombrado por el musgo y las hojas de los árboles, de diversas tonalidades, predominando en general por el bosque el color ocre y rojo, verde y amarillo, con un valor paisajístico de belleza increíble.
Al final de la ruta, después de varios kilómetros de recorrido, llegando al Centro de donde habían partido. Cesar comentó a su abuelo: –No me extraña que la Unesco, en el año 2017, declarase Patrimonio de la Humanidad, la maravilla que encierra estos parajes, por la magnitud y de la diversidad ecológica de lo que es el Hayedo. Y que asistir a este bello lugar no solo disfrutas de la excelente Naturaleza que nos rodea, que también nos ayuda a comprender la importancia de la conservación de estos paraísos naturales, que se nos brinda para la feliz contemplación de los visitantes y se perpetúe para las generaciones venideras.
Regresaron tarde al
almuerzo, pero la amabilidad y buen trato de aquellos lugareños que viven el
turismo como razón de ser de buena parte de su economía, les atendieron con
esmero y buena comida, aderezada con una ración de exquisitos boletus.
Llegaron ya de noche a su
hogar, pues al regreso pararon en los dos pueblos que también tenían proyectado
en el viaje, Condemios de Arriba y de Abajo, pero que por razones tiempo no
pudieron hacerlo. Ahora lo harían, pero brevemente, aunque también eran villas
de singular encanto y muchas cosas bellas por ver, pero se lo prometieron para
otra excursión.
Mayo 2021
Eugenio
1 comentario:
Qué bonito el hayedo! Muy bien tu relato padre! un abrazo
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