Y ahora caminante que sueñas en vivir nuevas aventuras al encuentro de la naturaleza y conocer otras ciudades, pueblos y caseríos, y conocer a sus gentes y sus costumbres, te brindo la oportunidad de enriquecer tus sentidos y vivir experiencias inolvidables, en lugares insospechadamente maravillosos que, posiblemente, no pudieras imaginar se encontraran no muy lejos de ti.
Abre la puerta de tu imaginación y busca la oportunidad que te pueda deparar vivir horas felices, disfrutando a pleno pulmón en una ruta turística por una parte de la extensa provincia de Guadalajara, insólita, desconocida hasta no hace mucho, pero que una vez descubiertos sus encantos naturales apreciarás un mundo fantástico por la multiplicidad de sus paisajes, determinados particularmente por las cuencas de los ríos que por ella transcurren, que como arterías en el cuerpo humano, dan vida a flora y fauna infinita y configuran sus regiones naturales con una geografía atormentada de barrancos, gargantas y profundos desfiladeros.
A pocos minutos de salir de la capital ya te encuentras mesetas que se elevan suavemente, hasta alcanzar en la zona norte de la provincia, bordeando el Sistema Central, elevadas montañas de más de dos mil metros de altitud sobre el nivel del mar. Así destacan los picos de Ocejón y El Cerrón, una vez atravesada la fértil campiña que riega el río Henares, si bien, la altura media de la región está en unos mil metros, y su secreto reside en la multitud de bellísimos valles de diversos tamaños, en los que transcurren ríos de serenas corrientes y sus afluentes, destacando el Tajo, que en su corta existencia riega tierras alcarreñas hasta crear con sus aguas los importantes pantanos de Entrepeñas y Bolarque; y el Henares, Tajuña, Gallo, Dulce, Mesa y Sorbe.
Estos valles, además de ricas tierras de cultivo, se encuentran tapizados de matorrales de tomillo y romero, espliego, salvia y cantueso, entre otras plantas aromáticas de las que sale la afamada miel de La Alcarria.
Después de esta ligera introducción para iniciar los diversos viajes que se pueden realizar turísticamente a través de mi provincia, hay uno por el que tengo especial predilección y lugar famoso que ya lo hiciera el tristemente desaparecido e inolvidable naturalista Félix Rodríguez de la Fuente , ensalzando su riqueza paisajística, y sus valores geológicos, botánicos y faunísticos en particular, quien eligió aquellos bellos parajes para filmar varios capítulos de la famosa serie El Hombre y la Tierra. Se trata del Parque Natural Barranco del río Dulce, cerca de la Ciudad Mitrada de Sigüenza.
Pretendo acompañaros en este viaje del que nunca desfalleces con nuevo intento, pero antes deseo sugerir, para disfrutar plenamente de la experiencia de este viaje, que dediquéis un fin de semana con alojamiento en alguna de las casas rurales existentes en Aragosa, pueblo desde el que iniciaremos la ruta tranquilamente en las primeras horas de la mañana.
Así que partimos desde Madrid, ciudad donde resido, y con 75 minutos aproximadamente, a una velocidad prudente, superaríamos los 120 kilómetros de distancia para llegar al citado Parque Natural.
Tomaremos la autopista de peaje hasta Guadalajara y seguir por la autovía A2, o por resultar más económico, en el supuesto de escasa circulación, directamente por esta última hasta pasar la estación de servicio Venta de Almadrones en el kilómetro 103, desviándonos a la izquierda en la salida 104 para tomar la C 1101 dirección Sigüenza, que poco después de superar el pueblo de Mandayona, en unos minutos tomaríamos la desviación a la derecha que nos llevará a Aragosa, finalizando el viaje en coche, desde donde iniciaremos la marcha proyectada.
Este pueblo acogedor, inmerso en plena naturaleza, donde se respira tranquilidad y sosiego tiene pocos habitantes, está protegido por enormes farallones donde anidan aves rapaces, y está acariciado por el río Dulce con abundante arboleda. Destaca como monumento principal su iglesia románica del siglo XII, dedicada a San Roque, su patrón.
De acuerdo con mi recomendación, una vez descansados del viaje con un seguro sueño reparador propiciado por la comodidad que atienden a los visitantes en las referidas casas rurales, y el silencio relajante del lugar, despertaremos con el dulce despertador del trinar de los pajarillos y del suave transcurrir de las aguas cercanas del río Dulce, y reparamos fuerzas con un buen desayuno para afrontar el largo paseo que nos espera.
Conviene tener en cuenta que el clima de la zona es de inviernos duros y veranos calurosos, por lo que se recomienda realizar la ruta, especialmente, en primavera y otoño e ir equipados con cómodo calzado y ropa deportiva.
Ya desde temprano, depende de las fechas que se realice la ruta por el Parque, empezaremos a ver sobre nuestras cabezas, en la altura cercana a los altos riscos, a los buitres leonados, alimoches, águilas reales y perdiceras, y otras rapaces protegidas planeando sobre el cielo cerca de sus nidos, que será otra de las delicias que empezaremos a observar, y que los tendremos como compañeros de viaje a lo largo del camino.
En plena ruta |
La ruta, de unos 12 kilómetros , es considerada de dificultad media-baja, que discurre por un terreno prácticamente llano. Solamente hay que destacar, que la parte que corresponde a la llamada Ruta de la Hoz de Pelegrina, en sus cuatro kilómetros finales, quizás la más espectacular, existe un desnivel de setenta metros de ascenso al referido pueblo, pues se trata del recorrido más abrupto del Parque. En aquella zona se puede observar la caseta donde se guardaba el material de filmación de Rodriguez de la Fuente.
Así pues caminaremos en un primer tramo del Parque hasta el próximo pueblo de La Cabrera , distante a unos 7 kilómetros , rodeados de un paisaje difícil de olvidar, por la depresión del terreno, los bosques de chopos y álamos, fresnos y encinares, sabinares y enebros, y por su bellísimo cromatismo, especialmente en el otoño, además de las zonas de tomillares y espliego, y otras especies vegetales que sobreviven en ambientes de dura climatología. Siguiendo el curso del río de aguas cristalinas, existe una población de nutrias que se alimentan de la abundancia de truchas comunes, espectáculo que nos servirá de alivio relajante olvidando el posible cansancio de nuestra excursión.
En los bosques cercanos existen corzos y jabalíes, pero es difícil poder verlos, porque se encuentran en las zonas más boscosas y de difícil accesibilidad. También podréis observar del barranco llamado del Gollorio, en su pared rocosa, donde se forma una imponente y bella cascada, sobre todo si ha sido época de fuertes lluvias.
Así mismo podréis observar una antigua fábrica, con una alta chimenea, situada a orillas del río, que según dicen, fue la primera de España en fabricar el papel de moneda y timbre.
Después recuperaremos fuerzas en el citado pueblo de La Cabrera , de escasos habitantes, y que también goza de singular belleza en un paisaje espectacular, rodeado de praderas y de las apacibles aguas del pequeño río Dulce, que permanece impasible a nuestros pasos, pero que a través de los siglos ha labrado la singular hoz; seguiremos nuestro camino en el supuesto de tener ánimos para continuar hacia la meta final que está en Pelegrina, a unos 5 kilómetros , pueblo situado en la loma de un cerro, de trazado medieval, desde el que se puede observar las magníficas vistas del Parque, distante de Sigüenza a unos 9 kilómetros , dominado por las ruinas de un castillo medieval situado en un alto roquero, fiel vigilante del valle en aquellas tierras frontera entre los reinos cristianos y los invasores musulmanes, desde finales del siglo XII, hasta que en 1710 fue destruido parcialmente en la guerra de Sucesión. Posteriormente reconstruido y quedando en la ruina que actualmente se observa, con motivo de las guerras napoleónicas a principios del siglo XIX. Es libre el acceso para visitarlo.
Merece la pena visitar su iglesia románica del siglo XII. Y también, pero ya en coche, acercarnos hasta el mirador de Rodríguez de la Fuente , ascendiendo por la carretera dirección Sigüenza a tan solo dos kilómetros y medio, cuyas impresionantes vistas del Parque Natural permitirán completar un buen recuerdo fotográfico de aquellos extraordinarios parajes.
La ruta completa de 24 kilómetros , en su ida y vuelta, se podría dividir en dos tramos, esto es, el primero desde Aragosa hasta La Cabrera , y por la tarde, si las fuerzas responden ó al día siguiente, tomando el coche hasta el pueblo citado y desde allí caminar hasta Pelegrina finalizando el segundo tramo. También se puede realizar en bicicleta por la suavidad del terreno.
Por la cercanía de la ciudad del Doncel podríamos realizar visita en automóvil y conocer su monumental conjunto histórico, pero recomendaría hacerlo pausadamente, ya que Sigüenza bien se merece una visita, sosegadamente, en otra ocasión, aprovechando si es posible otro fin de semana, y para ello me encontrareis para orientaros, si así lo estimáis, con otra ruta que expondré en mi blog.
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