Mi buen amigo Julio Liberal, buen amante de la
música, con sus primeros pasos desde la
niñez y buen hacer literario, que varios libros lleva editados, ha escrito un
artículo dedicado al Teatro Monumental, que goza de larga historia en la
capital del Reino, en cuyo escenario se ha desarrollado miscelánea de
acontecimientos culturales: cinematográficos, representaciones teatrales
y especialmente como auditorio de música desde hace más de medio siglo, por lo
que la nostalgia de Julio, por cuanto ha
visto pasar por aquel escenario, le lleva su ánimo a rendir homenaje a cuantos
distinguidos personajes y en particular directores de orquesta que han colaborado en la difusión de la música en particular y de la cultura en
general.
Siento especial admiración por su
bien hacer y me he brindado colaborar en su interesante iniciativa publicando
en mi blog lo escrito últimamente, como respuesta a su ánimo generoso y noble
de fomentar la cultura musical, que de altos espíritus es aspirar a las cosas
altas, como ya escribiera Cervantes en su Quijote.
Una vez más le deseo continúe inspirando nuevas actividades
literarias y no cese en su fidelidad por la música.
Eugenio
Sentado en mi butaca del
Monumental, escuchando el concierto de la orquesta de Radio televisión española, pensaba, la semana pasada, en los muchos años que llevo disfrutando de
los eventos que se han celebrado en este auditorio.
El teatro Monumental de Madrid se inauguró el
año 1927 y, en un principio, su uso era como sala de cine, aunque también se
utilizaba en ocasiones como teatro. Me he informado (pues yo soy jovencito y no
viví aquel suceso), que en este recinto
se pasó una de las primeras películas sonoras. “El arca de Noé”, en enero de
1930. Anteriormente los filmes no tenían sonido, y para ello, el Monumental
contaba con una orquesta de 20 profesores que amenizaba con su música la cinta.
Al parecer por estar construido este local con hormigón armado tenía una muy
buena sonoridad. Ese fue el motivo por el cual la Orquesta Sinfónica de Madrid,
del maestro Arbós, enseguida comenzaría a dar conciertos, con las grandes obras
del repertorio
En este mismo lugar
también se han dado los primeros y magníficos musicales en Madrid. Recuerdo por
ejemplo “El diluvio que viene”, (ese si lo vi, y nada menos que dos veces), pues
se prolongaron sus representaciones durante tres temporadas. Espectáculo muy
entretenido y distinto a todo lo que se había visto en teatro hasta entonces en
Madrid. ¡¡Si hasta se oía la voz de Dios hablando con el cura del pueblo!! También
“Evita” tuvo un resonado éxito, con
Paloma San Basilio y Patxi Andión en los primeros papeles del reparto. Un poco
antes de estos dos musicales Nuria Espert obtuvo un grandioso triunfó en este
mismo escenario con “Divinas palabras” de Don Ramón María del Valle-Inclán.
Pero, sin duda, la mayor y mejor actividad de
este local ha sido, de siempre, la de auditorio de música. Aquí se han celebrado
grandes conciertos, primero, como ya he dicho por la orquesta Arbós, después la
Orquesta Nacional de España que tocaba los domingos por la
mañana, el concierto que semanalmente daba los viernes por la tarde en el
Palacio de la Música, solo que aquí, la entrada, era mucho más barata. Yo
asistía casi todos los domingos desde que tenía dieciséis o diecisiete años, y
digo casi todos porque a veces no podía conseguir las seis y pico pesetas que
me costaba la invitación, (precio especial para el Conservatorio de Música, y en
el gallinero claro) pero desde allí se escuchaba estupendamente a la orquesta.
Así he tenido la oportunidad de ¡¡¿ver!!? A grandes directores mundiales como
Igor Markievich, Sergio Celibidache, Sir John Barbiroli, Odón Alonso, Enrique García
Asensio, Fribek de Burgos, y desde luego, el que dejaría más huella en mí:
Ataulfo Argenta. Según la mayoría de aficionados hubiera sido el más grande
director de orquesta español comparable, sin duda, a Herbert von Karajan,
Toscanini, Leonard Berstein, Claudio Abbado… Pero, ocurrió la desgracia.
Argenta tenía tan solo 45
años. La semana anterior había cosechado un gran triunfo en este mismo
auditorio con la interpretación de “El Mesías” de Hendel. La mañana del 21 de
enero de 1958 la orquesta espera al maestro, en el teatro Real, para el ensayo
del próximo concierto. Sobre los atriles la partitura de la 3ª sinfonía (“Renana”)
de Schumann. Alguien entra en el escenario y dice “no esperen al maestro,
Argenta ha muerto”. ¿Qué había pasado?, pues que Ataulfo Argenta viajó la noche
anterior hasta su chalet de Los Molinos. Como hacía mucho frío metió el coche
en el garaje y lo dejó en marcha para calentarse con la calefacción. Los gases
del tubo de escape debieron desvanecerle, y ya no se despertó. Parece ser que
había, además algo turbio en todo aquello, pero yo, como decían en aquel
popular concurso de la tele “hasta aquí puedo leer”.
El caso es que nos
quedamos sin un genio de la batuta. A mí me causó mucha impresión. Hacía algo
menos de un año que había comenzado a estudiar solfeo y piano (no había podido
hacerlo antes por motivos personales y familiares) y me había metido hasta
adentro en la música. Aún recuerdo el revuelo que se armó en el Conservatorio
de Música de Madrid Aquello me causó consternación, aflicción y dolor ya que me
hubiera gustado seguir una larga carrera del maestro Argenta, pero cada cual
tiene su destino y el de este gran músico era pasar por el firmamento musical rápidamente;
casi de puntillas.
A su muerte dejó viuda a su mujer, Juanita
Pallares. Ella, había hecho la carrera musical junto a Ataulfo. También
dejó huérfanos a sus cinco hijos entre
los que se encontraba Fernando, el cual, para que siguiese sus estudios
musicales, fue apadrinado por la Orquesta de la Suisse Romande, capitaneada en
aquella época por el famoso director Ernest Ansermet, sufragando los gastos de
sus cursos. Fernando tomó otros derroteros dentro de la música y dedicó su vida
y sus conocimientos a ensalzar y difundir la música clásica entre todos
aquellos que quisieran interesarse por el “hecho musical”, sobre todo entre los
jóvenes y los niños, creando el programa “Clásicos Populares” en Radio
Nacional, y posteriormente “El Conciertazo” en TVE. Fernando era un gran
comunicador y entusiasta en su trabajo y obtuvo un extraordinario éxito en su
labor divulgatoria, logrando además el cariño y el respeto de sus
seguidores. Resulta sorprendente la
coincidencia de que en los días de la celebración del centenario del nacimiento
de su padre, Ataulfo, (14 días exactamente después), falleciera Fernando con 68
años. Quiero rendirle también a él, con estas letras, mi humilde homenaje. Está
claro que los Argenta han sido muy profesionales pero su vida de corta
duración. ¡Lástima!
En mayo de 1965 se fundó la Orquesta
de Radiotelevisión Española. Su primer concierto se dio en el Teatro de la
Zarzuela de Madrid, bajo la dirección de su director-fundador Igor Markievich.
Después tuvo una existencia errante: pasaría por el Teatro Español, el palacio
de la Música, Palacio de Congresos e incluso por el Monumental, acabando, como es
bien sabido, sus actuaciones en el Teatro Real.
Tras el cierre del Teatro Real, para
su acondicionamiento como Teatro de la Ópera Matías Colsada, que era el dueño
del Monumental en aquellos momentos, lo alquila para sede permanente de la
orquesta de RTVE. En octubre de 1988 se
presentó la temporada de la Orquesta ya en la nueva sede, con Arpad Joó como
director titular. En ese momento RTVE, con Pilar Miró como Directora General,
pagaba un alquiler mensual de cinco millones de pesetas. Para el primer concierto
en esta sede, la Orquesta encargó al compositor Agustín Bertomeu la obra Música
para una inauguración. Se estrenó el 14 de octubre de 1988. Obviamente hubo que
reformar el escenario para construir la caja sonora adecuada para una orquesta.
Hasta el momento la Orquesta y coro de RTVE.
sigue aquí. Así que, el escenario teatral está inutilizado. La muerte del señor
Colsada el 23 de marzo de 2000 dejó en el aire el futuro de este Teatro
Monumental. Por el momento sigue siendo una de las salas más apreciadas para la
música sinfónica.
Esta temporada 2013-2014, es la
tercera en que su director es Carlos Kalmar. Uruguayo de padres austriacos. Inició
sus estudios de violín con seis años. A los quince se matriculó en la Academia
de Música de Viena. Posteriormente continuó sus estudios musicales en la
Escuela Superior de Música de Viena, donde se especializó en dirección de
orquesta. Ha venido contratado para dirigir la Orquesta y Coro de RTVE durante
cinco temporadas.
Esperemos que nuestro querido
Monumental siga con sus puertas abiertas para deleitarnos con sus magníficos
conciertos. ¡¡Y yo que lo disfrute!! Junto a mis inseparables amigos. Y
después… Una buena copa de vino para comentar el concierto.
J. Liberal
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