Había quedado con el hijo
de un paisano y viejo amigo de la juventud, en una famosa churrería situada en
la calle Narváez de Madrid. Recientemente había terminado la carrera de
periodismo, y le habían encargado la misión de hacer un reportaje de la villa
de Mantiel, provincia de Guadalajara, sobre las costumbres y vivencias de la
población, personajes que hubieran nacido o pasado por allí a lo largo de su
historia, y quería conocer la verdad de las obras para instalar un nuevo
balneario, similar al que ya hubo a principios del siglo XX, con sus famosas
aguas termales, pero que fue sumergido por el caudal del pantano de Entrepeñas al finalizar las
obras en el año 1956.
La noche anterior su padre
me había llamado recomendando
que le orientara cuanto pudiera siendo conocedor de la provincia, pues
su hijo tenía la primera oportunidad para salir airoso en la redacción de su
periódico.
Después de las
salutaciones de rigor y tomarnos unas raciones de churros y cafetitos, le informé de cómo llegar hasta
Mantiel, pasando por la capital de la provincia, y le comente cuanto conocía de aquella villa:
“Al amparo de corpulentas
montañas que la escoltan como murallones
y frente al pantano de
Entrepeñas, a unos 60 kilómetros al sureste de la capital de Guadalajara, y a
110 kilómetros de Madrid, se encuentra la villa de tu destino. Situada en un
bellísimo lugar en el corazón de la olorosa Alcarria, de aires limpios sin
contaminación, cielos claros y aguas azules de la cuenca del río Tajo. Donde
los brillantes amaneceres alegran el alma de sus habitantes y a los turistas
que aciertan pasar por aquellos bellísimos parajes, bañados por las aguas de la
presa de Entrepeñas. Desde hace bastante
tiempo habían bajado su nivel natural, por la pertinaz sequía y los frecuentes
e incomprensibles trasvases a la cuenca del Segura, a cuenta de las aguas que
forman el citado pantano junto con el de Buendía y Bolarque. Bien es cierto que se ha recuperado parte del
caudal perdido de los tres embalses citados, por las importantes precipitaciones habidas en meses anteriores.”
“La población tiene
escasos habitantes, no más de cincuenta, salvo en verano que se incrementa
notablemente. Está situada en elevada posición, sobre la ladera de una meseta
que desciende hacía el pantano, rodeado de olivares y plantas aromáticas:
tomillo y espliego, especialmente, y monte bajo, muy propio para conseguir la
buena miel que da su fama a la comarca de la Alcarria. “Desde su posición se
pueden contemplar hermosos paisajes y especialmente de los meandros que forma
el citado pantano de Entrepeñas, cuya cabecera se encuentra cercana de la villa
de Sacedón, antiguo partido judicial de la provincia”.
“Podrás observar que
Mantiel no tiene muchos monumentos, aunque goza de dos muy interesantes: La
Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Consuelo, del siglo XVII, situada en
lo más alto de la villa, dominando una bonita perspectiva del valle; y la
ermita de San Roque, levantada por los vecinos en el siglo XVII, por la
protección del Santo en tiempos que asolaba la peste. El especial monumento de
Mantiel y su término, lo conforma la naturaleza paisajística que los abraza y con las vistas del pantano a sus pies,
siendo punto de referencia para la práctica de todo tipo de deportes acuáticos.
“Tuvo gran auge en los tiempos
en que había en su término un balneario.
Fundado en la década de los años veinte del siglo XX, era propiedad
municipal, pero en el año 1.956 quedó sumergido, como te he comentado, bajo las
aguas del repetido pantano de Entrepeñas, como asimismo le ocurrió a otro
balneario situado en las
inmediaciones de la villa de Sacedón, llamado La
Isabela, construido a instancias del rey Fernando VII. Está ahora también bajo
las aguas del pantano de Buendía, las que se comunican a través de un túnel cuando
rebasan las aguas de ambos. Actualmente el Ayuntamiento de la villa está
tramitando la construcción de otro balneario, sobre parcelas en pleno corazón
del casco urbano, contando ya con la autorización y reconocimiento de la
utilización pública de las aguas termales de las que ya gozó entonces el
antiguo balneario”.
“También puedes observar
en Internet el Observatorio de Mantiel, con precios populares los viernes y
sábados a primeras horas de la noche, siempre cuando el tiempo lo permita. Y el
observatorio Apícola, cuya misión es informar del desarrollo del sector apícola
de La Alcarria, que promueve la investigación, información y certificación
sobre la miel”.
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Abeja recolectando el polen |
Pero llegando a esta
parte, el principiante periodista me comentó que también estaba interesado en
conocer algo más de la historia de un hijo ilustre que había nacido en Mantiel,
pues tenía noticias en la redacción de su periódico, que el insigne “maestro de
maestros” alcarreño, Rufino Blanco, va
camino de los altares, pues su nombre y su caso están incluidos dentro de una
de las once causas de los santos que hay
actualmente en proceso en la archidiócesis de Madrid, que congrega a sacerdotes
y laicos martirizados en Madrid en la persecución religiosa de la II República
Española.
También me comentó que él
había cursado sus primeras letras en el colegio que lleva el nombre de “Grupo
Escolar Rufino Blanco”, desde el año 1942. Situado en lugar céntrico de la
capital, llamado Paseo de Las Cruces, circunstancia que le había llamado especialmente la
atención y particular interés en conocer la historia de aquel ilustre paisano”.
La joven promesa del
periodismo, sentía especial curiosidad por conocer más detalles de nuestro
paisano, no contento de cuanto había leído, así que continué informándole de lo
que yo sabía.
“La formación principal de
Rufino Blanco fue realizada en Madrid, adonde se trasladó la familia siendo
Rufino muy joven. No obstante en el transcurso de su vida guardó mucho apego
con su villa natal, a la que acudía cuando sus quehaceres se lo permitían. Y de
hecho, cuando ejercía el periodismo, muchos de sus artículos, especialmente en
ABC, los firmaba con un singular seudónimo: “Un crítico de la Alcarria”, que
evidenciaba su memoria y afecto a sus raíces en Mantiel. Paseando por una de
sus calles , descubrirás en la fachada de una vetusta casa, la placa
conmemorativa del nacimiento de su hijo más ilustre, nacido el 16 de Febrero de
186l, siendo su padre el practicante que ayudaba a varios médicos de la comarca”.
“Muchos que le conocieron
afirmaban, que Rufino Blanco fue modelo de honradez, modestia y civismo. En la
actualidad al menos cinco colegios españoles llevan su nombre, y varias calles
también”.
“Te añadiré que Rufino
Blanco fue pedagogo, filósofo, escritor, investigador, político y periodista.
No en vano llegó a dirigir el diario católico “El Universo”. También fue
presidente de Asociaciones de la Prensa de España. Publicó 57 obras literarias,
40 de ellas didácticas que han tenido amplia difusión pedagógica,
especialmente. Se licenció en Magisterio y obtuvo por oposición la Regencia de
la Escuela Aneja de la Normal Central de Madrid”.
"Ya casado, continuando sus estudios se doctoró
en Filosofía y Letras en la Universidad Central de Madrid, donde fue discípulo
predilecto de Marcelino Menéndez y Pelayo. A principios del siglo XX, junto con
unos compañeros, creó la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio,
antecedente de las actuales facultades universitarias de Pedagogía. A lo largo
de su vida también se distinguió en
multitud de cargos docentes, políticos y periodísticos. Fue una persona de
profundas convicciones religiosas y monárquico. Se le podía aplicar la frase de
Pitágoras: Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las
dificultades de la vida”.
“En 1931, instaurada la II
República, fue cesado de su Cátedra de Pedagogía, apenas unos meses antes de
jubilarse, por desarrollar su trabajo docente sin abdicar de su fe católica”.
“Posteriormente un 3 de
Octubre de 1936, a los 75 años, ya jubilado, este hombre clarividente, rector y
formador del nuevo Magisterio Nacional, fue asesinado junto con su hijo, víctimas
de la sinrazón represiva en la zona republicana, durante nuestra sangrienta
guerra civil. Formando parte de la memoria histórica que tristemente aconteció
en los primeros meses de la contienda, paralelamente a la masacre ocurrida en
Paracuellos de Jarama”.
“Recordando la paradoja de que algunas
personas que participaron en esos luctuosos acontecimientos, fueron laureados y
agasajados ya en tiempos de paz y democracia, fruto de la actitud política del
borrón y cuenta nueva por la reconciliación de los españoles. Pero ya en
tiempos actuales se quiere revisar la Memoria Histórica con intenciones
partidistas y torticeras sin reparar en el peligro de alterar la convivencia
ciudadana, tratando temas que ya se habían superado por la firme voluntad de la
mayor parte de los españoles, especialmente los que fraguaron la democracia que
venimos disfrutando desde entonces, antepasados de los actuales dirigentes, que
pusieron sus esfuerzos en superar las consecuencias de la guerra civil”.
A lo largo de nuestra
entrevistan, estaba haciendo anotaciones de cuanto le iba diciendo, y en un
momento de la conversación me comentaba, que muchas veces pasan desapercibidas
en nuestras vidas, historias de personas cercanas a nuestro universo, sin
reparar en la importancia que tengan, algunas verdaderamente dramáticas como le
ocurrió a nuestro ilustre personaje, descubriendo ahora su grandeza, especialmente
por tratarse de una buena persona, reconocida intelectualmente a nivel nacional
e internacional.
Próxima la hora del
almuerzo, decidimos dar por terminada nuestra charla, quedando agradecido de mis
humildes aportaciones, sugiriéndole que, no obstante mi informe, debía cotejar
con otras informaciones para más fiabilidad.
Pasadas unas semanas recibí
un sobre que contenía las crónicas que el novel periodista había publicado en
tres etapas semanales, manifestándome nuevamente su agradecimiento. También
expresaba su alegría por la felicitación de sus superiores por el trabajo
realizado. En la primera semana se publicó: Mantiel, crónica de un viaje al
corazón de la Alcarria. En la segunda: Rufino Blanco, crónica de un hombre
bueno y sabio que siempre trabajó por España. Y el tercero: Crónica de la
verdad sobre la Memoria Histórica de España. Contada desde el 14 de Abril de
1931, fecha la instauración de la II República, y hasta finales de 1975.
Esta última crónica, ha
sido muy celebrada en su periódico por lo acertada y bien documentada. Sin
sectarismo, pero levantando airadas controversias, especialmente entre los que
no desean recordar y reconocer acontecimientos que causaron mucha vergüenza y
grandísimo dolor.
PD: Nadie piense que es
justa la justicia, si no le da por entero la razón en lo que reclama. Así lo
difícil que es ser justo en dar opinión y establecer razón, cuando hay personas
enfrentadas, por mucho que pretendas ser justo o te esfuerces en serlo y en
contentar a todos.
Y Nietzsche dejó escrito
que “La forma más segura de corromper al joven, es enseñarle a apreciar más a
los que piensan como él, que a los que piensan de manera diferente”.
Eugenio.
Septiembre de 2018
1 comentario:
Bonito artículo. Una forma estupenda de conocer la bella Alcarria.
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